El 10 de noviembre de 2021, a las 5 de la mañana, en el barrio porteño de Balvanera, Brenda Córdoba de 28 años, una “trabajadora sexual” (sic) fue atacada a cuchillazos. Ella falleció días después como consecuencia de las múltiples heridas provocadas por el atacante. Brenda fue atacada por Nicolás, un varón de un metro ochenta, de 34 años.
El periodista lo define como una disputa territorial, es decir, una pelea por clientes.
Cuando lo detienen:
“Si bien en un principio los investigadores sospechaban que el agresor era un hombre debido a la vestimenta que llevaba puesta al momento del hecho, con el aporte de testigos que observaron los videos se pudo identificar a ambos agresores, de quienes decían que eran travestis… Los investigadores identificaron a los detenidos como Alex Maia Sam Estela, una mujer trans a quien consideran como quien concretó el crimen de Brenda; y Christian Santiago Machado Abad, una travesti a quien le imputan una participación necesaria."
Este es el video del ataque de Brenda con el análisis de los periodistas sobre su agresor.
Crónica titula “Cayó mujer trans que asesinó a puñaladas a una trabajadora sexual tras una discusión”.
Las noticias periodísticas están redactadas para informar erróneamente y desorientar al lector o televidente.
Brenda no es una trabajadora sexual, es una mujer en situación de prostitución. La muletilla de “trabajo sexual” como se ve en los medios, hasta en las universidades y el gobierno actual, solo persigue la aceptación social de la prostitución, deshumanizando a las mujeres, para convertirlas en otra mercancía más.
Nicolás no es una mujer trans, es un varón. Inicialmente lo describen así pues para los periodistas, la vestimenta es lo que define el sexo de la persona. Este párrafo muestra de la pirueta por enrollar el razonamiento, forzar la comprensión lectora, romper las reglas gramaticales.
“Si bien en un principio los investigadores sospechaban que el agresor era un hombre debido a la vestimenta que llevaba puesta al momento del hecho, con el aporte de testigos que observaron los videos se pudo identificar a las detenidas.”
Ambos son calificados en femenino como “detenidas”. Si el protagonista de la noticia es un varón y se convierte en mujer, entonces: ¿qué es una mujer?
“Durante el allanamiento …la policía secuestró un par de zapatillas blancas similares a la que llevaba puesta la travesti, pelucas, ropa y un cuchillo similar al que se observa en la filmación del crimen.”
En su domicilio descubren pelucas, y así se logra reforzar la manipulación cognitiva hacia el resto de las personas, es un varón con peluca, pero se dice mujer.
De esto se trata justamente el juego de engaños, colándose por todos los resquicios posibles. Es un varón definiéndose como mujer, sin necesidad de cirugías y hormonas. Es un varón a la hora de atacar, pero ante la justicia, se define como mujer y así ser detenido y encarcelado junto a mujeres.
Esto se debe a que el agresor adquiere los derechos que una mujer tiene reconocidos en el ordenamiento jurídico argentino. La adquisición de esos derechos es automática y no depende de un reconocimiento por parte de las autoridades. Este fenómeno viene ocurriendo en muchísimos países más, porque la industria de género es global.
La ideología de género obliga a ignorar la incomodidad, el sentido común, los instintos y la eliminación de los límites. Este no es un movimiento de derechos civiles: es el sueño más salvaje de un abusador.
Es urgente una campaña de alfabetización para pensar críticamente sobre la información, la forma que describen la realidad. Hoy impera la corrección política y la manipulación cognitiva. Casi no existen las noticias que se basen en la ciencia y la objetividad, los derechos de las mujeres y los niños, sino las noticias de la agenda del totalitarismo trans activista.
Gracias por leer aldiafem!
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