El borrado del sexo: la captura global de las políticas sobre sexo por parte de los activistas de la identidad de género y los efectos sobre los derechos de las mujeres y las niñas
TRADUCCION: The Erasure of Sex: TheGlobal Capture of Policies on Sex by Gender Identity Activists and the Effects on the Rights of Women and Girls
Este artículo es el resultado de la recopilación de evidencia y análisis de innumerables activistas feministas, investigadoras y proveedoras de servicios especializadas de Europa, Asia, América del Norte, América Latina y África que se reunían cada semana en las sesiones de la Declaración Internacional de Mujeres (WDI) y colaboraron en sus esfuerzos de incidencia durante el período 2019-2022.
RESUMEN
Este artículo revisa los objetivos, la historia y el impacto de las nuevas políticas de identidad de género. Basadas en los Principios de Yogyakarta, estas nuevas ideas y políticas afectarán profundamente los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Los Principios son un documento de una reunión internacional sobre orientación sexual e identidad de género en 2006. En 2017, el documento se actualizó a los Principios de Yogyakarta Plus 10. Los Principios recomiendan cambios legales por parte de los estados en todo el mundo, lo que resulta en la eliminación del sexo como una condición legal y categoría cultural. Estos principios se han utilizado ampliamente para cabildear por cambios legales que dieron como resultado cambios estructurales profundos que llevaron a socavar y eliminar las protecciones para mujeres y niñas contra la discriminación basada en el sexo y las obligaciones estatales para lograr la igualdad de sexos de facto. Una de las recomendaciones de mayor alcance es “Los estados [gobiernos nacionales] deben abolir todos los registros legales de sexo de todos los documentos legales, incluidos los certificados de nacimiento y los pasaportes”. Estas recomendaciones se están implementando a nivel mundial, aunque nunca han sido discutidas o adoptadas por los estados miembros ni por ninguna organización internacional, ni se consultó a ninguna organización oficial de mujeres. Este artículo fue escrito por un colectivo de muchas activistas feministas, investigadoras y proveedoras de servicios especializadas de Europa, Asia, América del Norte, América Latina y África que se reunían todas las semanas en las sesiones de la Declaración Internacional de Mujeres (WDI). Recolectaron evidencias y colaboraron en la creación de este documento desde 2019 a 2022.
PALABRAS CLAVES
Europa, Asia, América del Norte, América Latina, África, sexo, género, identidad de género, política, Principios de Yogyakarta, prostitución, pornografía, subrogación, transgénero, Naciones Unidas, convenciones, ley.
En 2006, un grupo de expertos auto-seleccionados, entre ellos varios miembros de comités de las Naciones Unidas y ex relatores especiales de las Naciones Unidas, firmaron un documento titulado Principios de Yogyakarta (Comisión Internacional de Juristas [ICJ], 2007). El documento nunca ha sido discutido ni adoptado formalmente por los estados miembros de ninguna organización internacional. Sin embargo, posiblemente se haya convertido en una de las herramientas de cabildeo global más exitosas de la historia. En 2017, este documento se actualizó a los Principios de Yogyakarta más 10 (CIJ, 2017).
Los Principios recomiendan cambios legales en los estados de todo el mundo. Uno de los artículos de mayor alcance es que “los Estados [gobiernos nacionales] deben abolir todos los registros legales de sexo de todos los documentos legales, incluidos los certificados de nacimiento y los pasaportes” (ICJ, 2017, p. 9). Este artículo revisa la historia, los objetivos y la influencia potencial del documento en su defensa de las nuevas políticas de identidad de género.
Inicialmente, el proyecto de identidad de género giraba en torno a la promoción para apoyar a unas pocas personas estadísticamente raras que sufrían un trastorno dismórfico corporal, luego definido como un trastorno de salud mental en el que uno no puede dejar de pensar en uno o más defectos percibidos o fallas en la apariencia de uno. (Bjornsson, Didie y Phillips, 2010, n. p.). Este diagnóstico se combinó con una parafilia llamada autoginefilia, una “propensión masculina a excitarse sexualmente al pensar en sí mismo como mujer” (Lawrence, 2011, n.p.). Lawrence caracterizó la autoginefilia como “que abarca la excitación sexual con el travestismo y la expresión de género cruzado que no implica la ropa de mujer per se” (Lawrence, 2011, n.p.). Lawrence teorizó que la autoginefilia es la base del travestismo y las formas de transexualidad de hombre a mujer (MtF).
Aunque inicialmente se definió y caracterizó como trastornos o expresiones individuales, el concepto de autoginefilia ha evolucionado políticamente hacia un discurso político para ganar poder, por parte de personas que quieren ser percibidas como del sexo opuesto. Ahora es defendido por muchas instituciones, incluidas instituciones académicas e instituciones sanitarias y corporaciones, en todo el mundo (Lindsay, 2020).
Bajo el argumento de reducir el estigma de estos trastornos mentales y parafilias sexuales clasificados inicialmente, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría reclasificó el trastorno de disforia de género en una categoría separada (Garg , Elshimy y Marwaha, 2020). Cada vez más, los activistas transgénero quieren que se elimine por completo como lo fue el homosexualismo (Zucker, 2015).
Los estereotipos sexuales se utilizan como criterio para la inclusión en la etiqueta de disforia de género (Garg et al., 2020). Estos estereotipos se han convertido en la base para medicalizar y patologizar a los niños. Se incluyen en los criterios:
un “fuerte deseo o insistencia de ser del otro género,”
una fuerte preferencia por los roles de género cruzado en los juegos de fantasía,
una fuerte preferencia por los juguetes y juegos usados estereotipadamente por el otro género o rechazo de aquellos asignados a su género,
una fuerte preferencia por compañeros de juego del otro género, y
una fuerte aversión por la propia anatomía sexual” (Garg et al., 2020).
Aunque hay evidencia de que la disforia de género se resolverá con el tiempo (Ristori & Steensma, 2015), los activistas promueven la afirmación de género como la respuesta preferida. Se recomienda la afirmación de género a los terapeutas para que los niños puedan autodeclararse como niñas o niños. Se aconseja a los terapeutas que acepten y afirmen la autodeclaración de género del niño con el tratamiento posterior de hormonas que bloquean la pubertad, hormonas del sexo cruzado e intervenciones quirúrgicas permanentes como mastectomías y vaginoplastias. No obstante, la disforia de género suele desaparecer alrededor o después de la pubertad (Ristori & Steensma, 2016), excepto en los niños a los que se les instó a continuar en el camino de la disforia de género mediante la afirmación de género (Carmichael et al., 2020).
Con poca revisión o discusión, el término disforia de género se cambió por incongruencia de género. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presionado para cambiar la disforia de género por incongruencia de género y eliminar todas las conexiones con los trastornos mentales, conductuales y sexuales (BBC, 2019). Este plan para normalizar la disociación del cuerpo y la mente es la base de poderosas industrias como las de la belleza, el sexo, la prostitución, la pornografía, la subrogación y la naturalización/legalización de otras perversiones sexuales. En el caso de adolescentes y adultos, se mantiene el foco en la incongruencia con el deseo o convicción de género que uno tiene de los sentimientos y reacciones del otro género.
Varias organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales se han convertido gradualmente en los principales impulsores de este proyecto internacional poderoso y bien financiado (International Trans Fund, 2017). Incluyen la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), Transgender Europe, Outright International, Arc International, la Iniciativa Trans Global de la Fundación Arcus y varias agencias de la ONU, así como fundaciones, en particular la Fundación Arcus, y su fundación hermana Stryker (Stryker's Allies for Equality (SAFE)) en los EE. UU. Se han convertido en un grupo de interés especial para proteger el derecho a autodeclarar el género sobre el sexo.
DEFINICIONES
La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex en Europa (ILGA Europa, 2015), una organización paraguas internacional bien conocida que aboga por los derechos de las personas que se identifican como transgénero, recomienda las siguientes definiciones de nuevos términos:
Trans
Trans es un término general inclusivo que se refiere a aquellas personas cuya identidad de género y/o expresión de género difiere del sexo que se les asignó al nacer. Incluye, pero no se limita a: hombres y mujeres con pasados transexuales y personas que se identifican como transexuales, transgénero, travestis/travestis, andróginos, poligénero, genderqueer, agénero, variante de género o con cualquier otro género, identidad y/o expresión que no es masculina o femenina estándar y expresa su género a través de su elección de ropa, presentación o modificaciones corporales, incluyendo someterse a múltiples procedimientos quirúrgicos (ILGA Europa, 2015).
Esta definición se utiliza como base para la defensa legislativa en lo que se conoce como activismo por los derechos de las personas trans. Sin embargo, es imposible entender sobre qué derechos se supone que los estados deben legislar porque:
el sexo no se asigna al nacer; está biológicamente determinado, y
no existe un estándar masculino y femenino universal socialmente construido. Por lo tanto, cualquier ser humano podría describirse como trans (Hilton et al., 2021).
Esta definición de trans se basa en tres conceptos de los Principios de Yogyakarta:
Identidad de Género (IG)
La identidad de género es “la experiencia de género interna e individual, profundamente sentida por cada persona, que puede o no corresponder con el sexo asignado al nacer, incluido el sentido personal del cuerpo (que puede implicar, si se elige libremente, la modificación de la apariencia o función corporal por medios médicos, quirúrgicos o de otro tipo) y otras expresiones de género, incluida la vestimenta, el habla y los gestos” (ICJ, 2007, p. 8).
Expresión de género (GE)
La expresión de género es “la presentación de cada persona de su género, a través de la apariencia física—incluyendo vestimenta, peinados, accesorios, cosméticos—y manierismos, habla, patrones de comportamiento, nombres y referencias personales, y observando además que la expresión de género puede o puede no ajustarse a la identidad de género de una persona” (ICJ, 2017, p. 6).
Características sexuales (CS)
Las características sexuales son “las características físicas de cada persona relacionadas con el sexo, incluidos los genitales y otra anatomía sexual y reproductiva, los cromosomas, las hormonas y las características físicas secundarias que emergen de la pubertad” (ICJ, 2017, p. 6).
Los Principios de Yogyakarta nunca definen el género; a veces, se usa indistintamente o simultáneamente con el sexo. Además, las definiciones anteriores incluyen varios criterios subjetivos, como expresiones profundamente sentidas (expresión de género), que parecen ser características de lo que comúnmente se entiende como personalidad y, en ocasiones, roles estereotipados de hombres y mujeres. Estas definiciones significan que hay tantos géneros o sexos como personalidades.
A pesar de la falta de claridad, circularidad, inconsistencia, contradicción y dificultad para verificar estos cambios de manera objetiva y universal, los activistas presionaron por estos cambios sin ninguna consulta con el público en general o los estados y sin una evaluación de impacto en los derechos de otros grupos, como mujeres (Fair Play for Women, n.d.), niñas (Scotland Report, 2019), lesbianas (Wild, 2019) y violencia contra las mujeres (Fair play for Women, n.d.; & Impacts of trans activism, n.d.).
En términos generales, el proceso de eliminación de la categoría legal de sexo se establece en estos pasos generales, ayudados por la jurisprudencia ante los tribunales superiores para crear precedentes legales de derecho:
Paso 1: Permitir el cambio de sexo legal bajo condiciones restringidas (edad, diagnóstico médico, tiempo de espera). Este paso se ha completado en la mayoría de los países del mundo.
Paso 2: Permitir el cambio de sexo legal sin ninguna restricción (edad, tratamiento hormonal o cirugía, diagnóstico de salud mental, antecedentes penales). Este paso se ha completado en varios países de Europa, América del Sur y del Norte y otras regiones.
Paso 3: Eliminar el registro de sexo de documentos legales específicos o de todos (p. ej., actas de nacimiento, pasaportes, identificaciones), también conocidos como documentos “neutrales de género”. Este paso se está implementando en Holanda (Wareham, 2020) y fue propuesto (y rechazado por iniciativa ciudadana) en Finlandia (Citizens’ Initiative, 2020).
Paso 4: El sexo biológico se trata como información privada, y su divulgación está penada por la ley.
Paso 5: Sustitución de la categoría de sexo legal por
a) características sexuales,
b) identidad de género, y
c) expresión de género en todos los documentos legales.
ESTRATEGIAS PARA LA IMPLEMENTACIÓN
Bajo el radar
La implementación del proyecto de identidad de género incluye un cabildeo legal para reformar leyes de los estados, políticas, constituciones e instrumentos de derecho internacional.. La estrategia de los grupos de interés especial de identidad de género es aprobar legislación a menudo basada en información engañosa (Binetti, 2020) o bajo el radar (Murray et al., 2020a). El cabildeo del Experto independiente de las Naciones Unidas sobre la protección contra la violencia y la discriminación basadas en la orientación sexual y la identidad de género, es el esfuerzo más eficaz para introducir la teoría de género en el sistema internacional de derechos humanos (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, n.d.; United Nations Naciones Unidas Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2021).
Para lograr estos objetivos, los activistas utilizan argumentos falaces. Una afirmación falsa ampliamente utilizada es que las personas que se definen a sí mismas como trans son el grupo de personas más discriminado y están más sujetas a delitos de género como el feminicidio. Esta afirmación no está respaldada por pruebas. En el Reino Unido, dos o tres mujeres son asesinadas por hombres por semana (Allen et al., 2020) y hay un 62,5 % más de sospechosos de homicidio masculinos identificados como trans que de víctimas (Smith, 2019). Los activistas promueven su agenda de las siguientes maneras:
al afirmar que la identidad de género es innata e integral a todos los seres humanos,
cambiando la terminología y exigiendo un lenguaje inclusivo,
consiguiendo el derecho legal irrestricto de los niños a autodeclarar su sexo y revocando cualquier prohibición de su medicalización/esterilización,
revocando cualquier ley que requiera que las personas identificadas como trans realicen una transición médica y,
criminalizando la terapia de conversión para quienes no afirman la disforia de género (Arty Morty, 2020).
Los activistas de la identidad de género utilizan un nuevo lenguaje inclusivo, como por ejemplo para:
usar el género y/o la identidad de género en lugar de o de manera intercambiable con el sexo,
neutralizar los sustantivos femeninos y prohibir los pronombres femeninos, por ejemplo, “progenitor 1 y 2” en lugar de madre y padre,
clasificar a las mujeres en múltiples géneros y diversidades (LGBTQ+), y
crear un nuevo término para mujeres, como cis, o aplicar una nueva fórmula que use una persona más una función, como en “persona gestante o embarazada”, equiparando mujeres trans a mujeres y mujeres trans a ser feministas, haciendo de la interseccionalidad una aceptación del dominio trans de LGBTQ+ y autonomía corporal el derecho a explotarse sexualmente y cambiar el sexo/género.
Apropiación de los derechos fundamentales en los movimientos de derechos humanos
Los activistas de la identidad de género se apropian de los derechos fundamentales y los principios fundamentales de los tratados internacionales de derechos humanos. Dos de los movimientos de derechos humanos más atacados por los grupos de interés especial de identidad de género son el movimiento de derechos de las mujeres, al apropiarse de los conceptos de interseccionalidad e integridad corporal (Price, 2020), y el movimiento de derechos de las lesbianas, gays y bisexuales (LGB), utilizando los conceptos de acabar con el estigma y la exclusión social (Aravosis, 2007).
Por ejemplo, en el ámbito de los derechos de los niños, el proyecto de identidad de género ha podido argumentar que permitir que un menor determine su sexo en documentos legales, así como consentir en tratamientos invasivos y que alteran la vida, como detener el desarrollo sexual de un niño a través de la intervención química o la extirpación de tejidos mamarios u ovarios sanos, satisfacen el principio de servir al “mejor interés del niño” y brindar las mejores condiciones para su “desarrollo personal”. En el ámbito de los derechos de las personas con discapacidad, el proyecto de identidad de género se apropió con éxito del derecho a una vida libre de “tratos inhumanos, crueles y degradantes” y al “más alto nivel posible de salud”. En el movimiento de los pueblos indígenas, el proyecto de identidad de género utilizó el derecho a la autonomía cultural al apropiarse de los roles de género de los homosexuales como trans (Beatrice, 2020). En la migración y el asilo, el proyecto de identidad de género se ha integrado en la persecución basada en el género, que implica que, cualquier persona que no pueda cambiar su sexo legal en el país de origen es objeto de persecución.
Cabildeo conjunto con otras industrias criminales y del deseo sexual masculino
El proyecto de identidad de género acogió y fue de la mano con las industrias de explotación sexual y reproductiva a través de cabildeos y financiamientos conjuntos. El tamaño y la expansión global de estas industrias son evidentes por su valor mundial. Se estima que la industria de la prostitución (Havocscope, n.d.) tiene un valor de 186 mil millones en todo el mundo; se estima que el mercado de la pornografía tiene un valor en dólares de 35,17 mil millones en 2020; y la industria de los videojuegos que está estrechamente relacionada con el consumo de pornografía (Stockdale & Coyne, 2018) tiene un valor en dólares de 151 mil millones (Grandview Research, 2020). El mercado de la subrogación (Global Market Insights, 2021) es actualmente de 4200 millones de dólares y superará los 33.5 mil millones para 2027. El mercado de la cirugía de reasignación de género crecerá un 25 % para 2026 a partir de los 316 millones actuales (Global Market Insights, 2019). No es coincidencia que los principales consumidores de pornografía (Pornhub, 2019) coincidan con las economías avanzadas más destacadas del Fondo Monetario Internacional (FMI) (Wikipedia, n.d.-a) y las democracias liberales más ricas -el G7- del mundo ( Wikipedia, n.d.-b). Sus ingresos solo se mantienen presionando para despenalizar o legalizar sus industrias. Limpian su imagen a través de publicidad falsa, colonizando la academia y financiando los medios de comunicación y la sociedad civil.
Estas industrias apoyan la despenalización de la trata y el proxenetismo utilizando el eufemismo trabajo sexual (Network of Sex Work Projects, n.d.). Presionan para despenalizar la trata con fines reproductivos bajo el eufemismo subrogación o alquiler de úteros (Borraz, 2019). Además, la disociación corporal y mental, la homofobia, la reducción de la edad de consentimiento y el control de la pubertad están en el corazón de estas industrias que han llevado a la naturalización y al cabildeo bajo el radar para legalizar el incesto, la pedofilia y la pederastia. Todos ellos tienen intereses financieros y políticos similares y paralelos.
Los lobbies conjuntos comparten estos tres escenarios:
bajo el acrónimo LGBT, el financiamiento se ha concentrado en la agenda T (transgénero) impuesta por hombres que se identifican como mujeres trans,
se aboga por la despenalización total de la pornografía, la trata de personas, el proxenetismo y la compra de sexo, presionando a través de organizaciones fachada que usan el eufemismo de trabajadoras sexuales, muchas de ellas dirigidas por hombres que se identifican como mujeres trans (XBiz, 2020),
Se aboga por la despenalización de la trata con fines reproductivos bajo el eufemismo subrogación o alquiler de útero bajo la sigla LGBT. Aún así, es impuesto principalmente por hombres homosexuales y hombres que se identifican como mujeres trans.
Este trabajo conjunto se puede ver cuando las organizaciones presentan a estas industrias como oportunidades laborales progresistas o de avanzada. Son miembros y apoyan redes (Red Umbrella Fund, n.d.) e iniciativas con estos objetivos, que cuentan con financiamiento directo de las mismas filantropías que forman parte de Sex Work Donor Collaborative, que incluye Global Philanthropy Project, Red Umbrella Fund, Count Me in Consortium, y otros (Sex Work Donor Collective, n.d.). La llamada Afirmación de Principios Feministas (n.d.) es la última iniciativa para financiar organizaciones feministas que se comprometan con la agenda del Foro Generación Igualdad Beijing +25.
Todos tienen intereses financieros y políticos similares y paralelos, en los que las mujeres pueden ser compradas y vendidas por los deseos sexuales y reproductivos de los hombres.
Estigmatización de las perspectivas críticas y creación de polarización política
Cualquier crítica al discurso de identidad de género es resistida, bajo lo que las feministas han identificado durante mucho tiempo como formas de violencia masculina, como silenciar análisis o hechos (O'Hara, 2020), acosar de manera dirigida (Comité de Derechos Humanos, 2019), amenazar (TERF es un insulto, n.d.), censurar (Price, 2020), hacer litigio vejatorio (Slatz, 2020) y ejercer violencia física hacia las personas, en particular a las mujeres que cuestionan sus afirmaciones (Bindel, 2019).
Con un aumento global de movimientos de ultraderecha que se oponen al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ideología de género, estos movimientos se fusionan con cualquiera que se oponga al proyecto de identidad de género desde una perspectiva feminista y de derechos humanos. Esto creó las condiciones para que los actores y simpatizantes de este proyecto (medios, partidos políticos) estigmatizaran y descartaran la crítica feminista al género como un asunto de subordinación de las mujeres. Como resultado, la oposición feminista a eliminar el sexo de la ley se considera no progresista y conservadora.
Esta estrategia del proyecto de identidad de género para clasificar a las feministas como de derecha, no es exclusiva de la identidad de género; se importa de otras industrias contra los derechos de la mujer, como la prostitución, la pornografía y la subrogación. Tanto los partidarios liberales como los conservadores de estas industrias, históricamente han etiquetado el análisis feminista como anti-derechos, causando división en el movimiento por los derechos de las mujeres. El proyecto de identidad de género ha llegado a convertirse en el marcador crítico de las políticas progresistas versus conservadoras en diferentes países del mundo. Un caso ilustrativo es el cambio de opinión pública en Colombia en un plebiscito para apoyar el proceso de paz con una guerrilla luego de 50 años, porque incluía identidad e ideología de género (Giraldo, 2017). Esta distinción geopolítica moderna ligada a la financiación se ve en Estados Unidos con el apoyo del presidente Biden al The Equality Act (The Biden Plan, (s.f.) y la lucha de la izquierda española para aprobar una ley trans (Polo, 2021).
A pesar de estas estrategias, la oposición al proyecto de identidad de género ha crecido en los últimos años y se encuentra en todos los lados del espectro político. La oposición está criticando y desmitificando los conceptos erróneos que el proyecto de identidad de género está promoviendo con su agenda (The State Media, 2020).
EFECTO DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO EN LAS LEYES
La inclusión de la identidad de género en las leyes ha puesto en peligro el derecho de las mujeres a no ser discriminadas por razón de sexo. La ideología de identidad de género también promueve la idea de que las mujeres trans son mujeres, lo que significa que los hombres que se identifican a sí mismos como mujeres o con los estereotipos masculinos de mujeres son mujeres ante la ley.
A continuación se analizan algunos de los instrumentos en los que se ha incluido la identidad de género. La inclusión de la identidad de género en leyes y políticas pone en peligro los dos principios fundamentales que sustentan los derechos humanos de las mujeres, es decir, la igualdad sustantiva y la no discriminación basada en el sexo.
Constituciones y leyes secundarias, incluidas las leyes sobre la autodeclaración de sexo
Una vez que los conceptos y el lenguaje de la identidad y expresión de género entran en la ley, se debe ajustar todo el sistema legal de un país. Típicamente, este proceso de reestructuración legal comienza con la introducción de leyes que regulan el cambio de sexo legal. En aquellos países donde la autodeclaración de sexo legal existe por ley, los gobiernos están tomando medidas (Laursen, 2020) para ampliar aún más su alcance, eliminando las restricciones de edad o eliminando el sexo de los documentos legales (Wareham, 2020). Otras leyes que se reestructuran progresivamente son: leyes contra la discriminación y la igualdad, leyes sobre educación, leyes sobre atención de la maternidad, leyes sobre delitos de odio y discurso de odio, leyes sobre salud, prisiones y albergues, leyes sobre libertad de expresión y expresión, y finalmente, leyes sobre medidas positivas y/o especiales para las mujeres (por ejemplo, cuotas para partidos políticos o mujeres en juntas directivas).
La identidad de género ahora está incluida en las constituciones de varios países (Ecuador, Bolivia, Fiji, Nepal y Malta). Los estados que han reescrito leyes sobre la autodeclaración de sexo legal incluyen Argentina (Identidad de Genero, 2014), Dinamarca, Colombia (Orientación Sexual e Identidad de Genero, 2015), Irlanda (Gender Identity Act, 2015), Chile (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2014), Malta (Ley de Identidad de Género, Expresión de Género y Características Sexuales, 2015), Noruega, Bélgica (Bélgica: Ley de Reconocimiento Legal de Género, 2017, 2018), Austria (Rainbow Europe, n.d.), Pakistán (Hashim, 2018), Luxemburgo (Lög, 2020), Portugal (Lei, 2018) y Grecia (Νόμός 4491/2017). Sin embargo, en muchos países donde la autoidentificación del sexo legal no se ha introducido de jure, existe de facto a través de varias otras disposiciones legales (p. ej., Brasil). En contraste, otros países (por ejemplo, Canadá, México y Australia (Rodrigues, 2020)), permiten la autoidentificación. En Europa, al momento de esta publicación, los parlamentos de Chipre, Finlandia, Alemania, Holanda, Escocia y España están discutiendo propuestas para introducir leyes de autoidentificación sexual. Las propuestas para introducir la identidad de género, la expresión de género y las características sexuales en las leyes nacionales están pendientes ante los gobiernos de todo el mundo. Una de las últimas propuestas se incluyó en la llamada constitución feminista, que fue votada negativamente en Chile en 2022 (Svensson, 2022). En Europa, las Américas y Asia, las personas pueden tener un cambio de sexo legal bajo varias condiciones restringidas. En muchos estados donde se han introducido leyes sobre la autodeclaración de sexo, las personas pueden cambiar su sexo en documentos legales sin ningún procedimiento médico (por ejemplo, Reino Unido (Ley de reconocimiento de género, 2004), Francia y Canadá).
Instrumentos Internacionales
La identidad de género se ha incluido en instrumentos internacionales como el Convenio de Estambul del Consejo de Europa, la Recomendación General 28 de la CEDAW sobre la violencia contra la mujer y varios informes de países. La Resolución del Consejo de Europa de 2048 sobre la discriminación contra las personas transgénero en Europa (Asamblea Parlamentaria, 2015) recomienda que los estados pertenecientes al Consejo de Europa introduzcan leyes de autodeterminación sexual. Otras resoluciones recomendadas recomiendan establecer oficialmente procedimientos legales sobre orientación sexual e identidad de género: la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre identidad de género (2018) y una resolución que establece un experto independiente sobre orientación sexual e identidad de género (Tercer Comité, Asamblea General , 2016). La presentación de 2018 de la oficina de Orientación Sexual e Identidad de Género de las Naciones Unidas al Comité Legal de las Naciones Unidas en relación con la redacción de la Convención sobre Crímenes contra la Humanidad exigió reemplazar el sexo (referido como “género” en los Estatutos de Roma como motivo para procesamiento) por identidad de género, expresión de género y características sexuales (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, comunicación personal, 30 de noviembre de 2018).
La identidad de género ahora está incluida en las directivas de Asilo y Derechos de las Víctimas de la UE. Varios informes (Informe 2018, Informe 2020) producidos bajo los auspicios de la Comisión Europea recomiendan consagrarlo en la ley y los tratados europeos, y el más reciente pide a todos los estados de la UE que alineen la legislatura nacional con las demandas de los Principios de Yogyakarta (Comisión Europea et al., 2018). El Consejo de Europa estableció la Unidad de identidad de género de orientación sexual en 2014 (Unidad de identidad de género y orientación sexual [SOGI], n.d.). El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha incorporado la identidad de género en su jurisprudencia en virtud del artículo 14 (“otro estatus”) del Convenio Europeo de Derechos Humanos (2022). La Corte Interamericana (2019) también ha emitido varias decisiones que protegen y refuerzan la identidad de género (Contesse, 2018).
Procesos internacionales relacionados con los derechos de las mujeres
En 2020, ONU Mujeres organizó el aniversario de la Plataforma Beijing +25 para renovar los compromisos globales para empoderar a las mujeres en todo el mundo y desarrollar la plataforma en su totalidad frente a nuevas fuerzas que amenazan los derechos de las mujeres y las niñas. En este contexto, el proyecto de identidad de género ha logrado borrar a las mujeres de las declaraciones y coaliciones de acción reemplazandolas s con identidad de género, y ha logrado instrumentalizar al “Sur Global” para promover el “trabajo sexual” como una opción para las mujeres pobres y promover la despenalización de terceros (como los tratantes, proxenetas y compradores de sexo), . Bajo la fuerte influencia de las agencias de la ONU en los programas de desarrollo, incluso ONU Mujeres promovió activamente eliminar de la ley las protecciones basadas en el sexo de las mujeres, incluida la sugerencia de un nuevo lenguaje en el Foro Generación Igualdad en México que incluye “mujeres en toda su diversidad”, “múltiples identidades de género”, género transformador, “trabajadoras sexuales”, “sexo/género asignado al nacer” y “violencia transfóbica” (Bautista, 2020). También promovieron la fusión de la discriminación por razón de sexo con los delitos de odio contra las diversidades (Foro Generación Igualdad, 2021).
IMPACTO EN LA VIDA DE LAS MUJERES Y SUS DERECHOS HUMANOS
Mujeres en la vida pública y política y en la toma de decisiones
Las mujeres en las esferas públicas y políticas tienen estándares desiguales y separados, y oportunidades y trato desiguales debido a los limitados procesos de socialización como niñas. Hay barreras invisibles debido a la falta de educación, la carga desigual del hogar, la familia, la crianza de los hijos y la desigualdad de oportunidades laborales y salariales. La paridad (50% mujeres, 50% hombres) en los cargos públicos es la principal medida de discriminación positiva utilizada por los gobiernos para reducir la brecha entre mujeres y hombres, ser elegible para los órganos públicos electos, participar en la formulación e implementación de políticas públicas y ocupar cargos de gobierno.
Con la identidad de género, los puestos destinados a las mujeres están siendo ocupados por hombres que se identifican como mujeres trans. Por ejemplo, en las listas exclusivas de mujeres para cargos públicos (Fain, 2020), las necesidades e intereses particulares de las mujeres no están representados, se les asignan menos recursos humanos y financieros y se dirigen menos políticas hacia ellas. Adicionalmente, la falta de indicadores por sexo no permite dar seguimiento a la mejora de brechas relacionadas con la vida pública y política (Gallego, 2021).
En México, por ejemplo, en 2018, 19 hombres se postularon para cargos de elección pública como mujeres trans (Plazas, 2018). Un grupo de muxes (varón en la cultura zapoteca de Oaxaca que se viste de mujer) denunciaron esta postulación como una apropiación indebida del rol sexual tradicional femenino asignado a hombres homosexuales (Plazas, 2018). La identidad de género también se utiliza para asumir cuotas en la dirección de corporaciones y organizaciones no gubernamentales, asociaciones civiles y agencias internacionales (Garnier, 2020).
En India, en enero de 2021, el Tribunal Superior de Bombay permitió que un hombre identificado como trans, que se hace llamar Anjali, se presentara en las encuestas del panchayat (consejo municipal) de la aldea como "mujer" de un distrito reservado para mujeres, diciendo que esas personas tienen la derecho a una “identidad de género autopercibida”. (Joshi, 2021). El candidato pasó a ganar las elecciones. En marzo de 2021, el Tribunal Superior de Kerala permitió que un hombre identificado como trans se uniera al NCC (Cuerpo Nacional de Cadetes) y pidió cambios en los criterios de inscripción. El tribunal único del juez Anu Sivaraman dijo: “En vista de las disposiciones específicas de la ley de 2019, una persona transgénero tiene derecho a ser reconocida no solo como transgénero, sino también el derecho al género autopercibido, es decir, el género femenino.” (Hindustan Times, 2021).
Los hombres que se identifican como mujeres trans también se llaman a sí mismos, feministas (Gamboa, 2020) y ocupan puestos en programas de estudios de la mujer (Johnson, 2020) y académicos (Universidad de Harvard, 2017). Reciben importantes fondos (Lowrey, 2018), participan en eventos y espacios, e incluso tratan temas relacionados exclusivamente con el cuerpo de la mujer, como la higiene menstrual, el aborto, la mutilación genital femenina, la salud, y los derechos sexuales y reproductivos. Un ejemplo es el caso de Petra de Sutter, quien hoy es “viceprimera ministra” en Bélgica y también es “mujer miembro del Parlamento Europeo” (Moens, 2020) y presidenta del Foro Parlamentario Europeo sobre Población y Desarrollo (Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos, n.d.). En la guía reciente de la ley de mujeres en juntas directivas, el gobierno escocés declaró que la ley se aplica a cualquier persona que use pronombres femeninos y nombres femeninos (Murray et al., 2020b). Esta ley fue impugnada recientemente en los tribunales (Davidson, 2021).
Mujeres Jóvenes y Detransicionadoras
En una sociedad patriarcal, las niñas se enfrentan constantemente a estándares de belleza, representaciones estereotipadas de roles sexuales y pornografía que las retrata como objetos sexuales. Están expuestas a la disforia y más propensas a sentirse incómodas en sus cuerpos, no porque se les haya asignado el “sexo equivocado” al nacer, sino porque enfrentan violencia masculina física, sexual, psicológica y económica en su vida cotidiana.
La ONG Stonewall lanzó una guía curricular LGBT inclusiva para escuelas primarias en el Reino Unido en 2019 para que los niños aprendan que tienen identidades de género internas que solo pueden descubrirse al gustarles "cosas de niñas" como vestidos y cabello largo o "cosas de niños" como andar en patineta, es decir, simplemente negándose a actuar de acuerdo con los estereotipos asignados a lo masculino o lo femenino (Stonewall, 2019). Se están introduciendo programas similares a nivel mundial, como parte de la transversalización obligatoria de la identidad de género en los currículos escolares, desde Canadá (Charlotte, 2020) hasta España (Carrasco, 2020). El mensaje para las niñas que no se ajustan a los estándares sociales es profundamente homofóbico y genera miedo al lesbianismo, puesta que se les presiona para que hagan la transición a ser un “niño”.
Las industrias de la belleza, las grandes farmacéuticas, la medicina y la moda (Bilek, 2021) han promovido el negocio de transicionar (Bilek, 2018) en una agenda corporativa (Bilek, 2020) para deconstruir el dimorfismo sexual en la ley con fines de lucro.Ha habido un aumento en la transición de niñas y mujeres jóvenes al estereotipo de hombres. Muchas experimentan depresión, ansiedad y agitación, sumada a una intensa participación en grupos de chat en línea que respaldan su sensación de dislocación. Se les anima a ver las voces moderadas (incluidos sus padres) como enemigos, y se hacen eco del lenguaje sectario pro-anorexia y pro-suicidio.
Algunas niñas, que anteriormente decidieron hacer la “transición” en un intento por convertirse en niños, ahora participan en el aumento de la detransición. Cada vez más, están encontrando sus voces y creando redes en los EE. UU. y América Latina (Jeffreys et al., 2020). Se arrepienten de sus mastectomías, histerectomías, infertilidad debido a los bloqueadores de la pubertad y tonos de voz que han quedado permanentemente graves. Se dan cuenta de que han cambiado para siempre después de estos dolorosos procesos.
Violencia masculina contra la mujer
La violencia del hombre contra la mujer, como la violación, el incesto, el acoso sexual, la violencia doméstica, la agresión, la trata y la prostitución, es una epidemia en todo el mundo. Las mujeres necesitan espacios solo para mujeres para la protección, la rehabilitación postraumática, la recuperación y el empoderamiento. El Vancouver Rape Relief and Women’s Shelter, el refugio de emergencia para mujeres más antiguo de Canadá, fue despojado de los fondos municipales en 2019 debido a la presión de cabildeo de un político que se identificó como una mujer trans. Acusó al refugio de ser discriminatorio y excluyente porque el refugio ejerció su derecho protegido por la ley de ofrecer servicios dedicados exclusivamente a mujeres (Hopper, 2019). En Canadá, las mujeres víctimas que no desean compartir el espacio íntimo con los hombres de nacimiento son expulsadas de los albergues (Brean, 2018). A medida que más y más baños, gimnasios y espacios solo para mujeres están abiertos a hombres que se identifican a sí mismos como mujeres trans, se han documentado cientos de agresiones físicas y violaciones a mujeres (Anti-female-receipts, 2016) y hay recriminación por sus actitudes y falta de apoyo a la inclusión (Brink & Dunne, 2018).
En una exhibición de arte en la Biblioteca de San Francisco, las mujeres trans fueron retratadas como víctimas de la opresión de las TERF (feministas radicales trans exclusivas), que es un término difamatorio y misógino (Intellectual Takeout, n.d.). La exhibición mostraba a hombres que se identificaban a sí mismos como mujeres, siendo amenazados por mujeres con armas, incluidas hachas y bates. Esta muestra de victimismo falso invierte quién suele hacer daño y quién suele ser perjudicado. El perpetrador o agresor puede negar el comportamiento y luego atacar a la persona que confronta, e invertir los roles de víctima y agresor para que el agresor asuma el papel de víctima y convierta a la verdadera víctima (o denunciante) en un presunto agresor” (Freyd, 1997). Desde la psicología se describe esta táctica como DARVO, que significa Deny-Attack-Reverse-Victim and Offender (negar, atacar, e invertir la víctima y victimario).
En los debates públicos, cuestionar el discurso de “nacer en un cuerpo equivocado” y afirmar la existencia del sexo biológico son sancionados como “discurso de odio” y retratados como “actos literales de violencia” contra quienes se identifican como trans. Entre muchos actos de violencia contra las mujeres perpetrados por transactivistas se encuentran las agresiones físicas (Davidson, 2019), la pérdida de empleos (Forstater, 2019), la quema de los libros de la escritora J.K. Rowling (Nolan, 2020), ser linchada en las redes (Schon, 2020) o ser acusada falsamente a base de mentiras (Volcánicas, 2022). Sesenta mil mujeres críticas con el género han sido prohibidas en Reddit (Gráfico, 2020). En octubre de 2020, el Reino Unido, por ejemplo, tenía al menos 25 casos que cuestionan el efecto nocivo de la identidad de género en tribunales, clínicas de género, escuelas, universidades, ONG y el gobierno en el período de 2019 a 2022, y actualmente existen al menos 15 casos en curso (Legal Crowdfunding, n.d). Estos casos son autofinanciados por mujeres y dos hombres. Muchas académicas, feministas e intelectuales han sido destituidas de sus cargos y otras optan por guardar silencio por temor a ser etiquetadas como TERFS o “transfóbicas” (Murphey, 2020).
En las prisiones, los delincuentes sexuales masculinos son ubicados con mujeres (Shaw, 2020) y donde aún no existen leyes de identidad de género, se están introduciendo tales disposiciones (p. ej., estado de Nueva York, SB 4702A, 2019). De acuerdo con el exdirector de prisiones de Escocia, la población transgénero masculina transferida a las de mujeres, pronto superará en número a las delincuentes en prisiones femeninas (Hotchkiss, 2020).
Mujeres lesbianas y bisexuales
Las mujeres lesbianas y bisexuales han luchado por gozar de igualdad de derechos y el derecho a no ser discriminadas por su orientación sexual, homosexualidad o bisexualidad. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones LGBT en todo el mundo han sido absorbidas y sus fondos se utilizan para promover los derechos de las personas trans bajo un espectro de múltiples géneros (Funders or LGBTQ Issues, 2018). Según las leyes de identidad de género, un hombre heterosexual con barba y pene puede identificarse a sí mismo como mujer, convirtiéndose efectivamente en lesbiana. Cualquier lesbiana que lo rechace como posible pareja sexual es etiquetada como transfóbica, intolerante y odiosa (Cotton Ceiling, n.d.). A medida que las lesbianas denuncian el hecho de que han sido borradas del movimiento en los desfiles de orgullo y en el activismo, se han creado nuevos grupos de lesbianas (Get The L Out of UK, n.d.) y grupos de lesbianas, gays y bisexuales (LGB Alliance, n.d.) para aclarar que la homosexualidad es atracción hacia personas del mismo sexo, que el sexo es binario, real y no un espectro. Muchos ex-activistas LGBT en países con leyes de autoidentificación, se alejan de los grupos LGBT cuando se dan cuenta del peligro de la identidad de género (Salakova, 2020).
Mujeres explotadas sexualmente en la prostitución y la pornografía
Los daños de la prostitución en mujeres y niñas incluyen graves violaciones de los derechos humanos, violaciones sistemáticas, violencia doméstica, tortura, trata de personas, problemas de salud física y mental, como trastorno de estrés postraumático complejo, discapacidad reproductiva, adicciones, suicidio, embarazos no deseados y abortos (Farley, n.d.). A menudo son “desaparecidas”, lo que significa que las matan y nunca las encuentran. Estos asesinatos son feminicidios. Las mujeres y las niñas sufren graves daños a través de la explotación en la prostitución y la pornografía, con efectos que se transmiten a sus hijos e hijas.
Hombres homosexuales y hombres trans identificados se unen y lideran los intereses velados de los “sindicatos de trabajadoras sexuales” en el debate público (Comité Internacional de los Derechos de las Trabajadoras Sexuales en Europa, n.d.). Proponen la despenalización total del comercio sexual, incluyendo a proxenetas, tratantess y compradores de sexo, llegando a justificar la trata como una migración económica (DecminNY, n.d.). También lideran litigios estratégicos en los tribunales, típicamente con casos de violencia policial contra hombres que se identifican a sí mismos con el estereotipo de mujer, y se autodenominan “trabajadores sexuales” para presionar a los gobiernos para que despenalicen a los proxenetas y tratantes o legalicen la prostitución bajo el “trabajo sexual”. (CIDH, 2021). Poderosos filántropos del Norte Global (Diez, 2019), colaboraciones de donantes (Sex Work Donor Collaborative, n.d.), organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional (2015) y agencias de la ONU han unido esfuerzos para promover la explotación sexual de mujeres y niñas en la prostitución y la pornografía en todo el mundo. Usan eufemismos y promueven la legalización/despenalización total del trabajo sexual, incluyendo la pornografía y modelos de negocios en línea como Web Camming, Only Fans y otros.
Las conexiones entre estas dos industrias incluyen representar a las personas transgénero y trabajar por la despenalización total de las leyes contra el proxenetismo como en la ciudad de Nueva York (Arnold, 2019) y la comercialización de cirugías transgénero y castración forzada en países pobres, como India y desde Argentina hasta Roma (Madaik, 2021).
Madres y Mujeres Explotadas en la Subrogación
Las mujeres han luchado durante mucho tiempo para proteger el embarazo y la maternidad de múltiples daños, y por licencias por maternidad pagas y prestaciones sociales manteniendo sus empleos. Han trabajado para conseguir instalaciones para el cuidado de sus hijas e hijos, y la igualdad de responsabilidad en la crianza por parte de ambos padres.
Bajo el marco de la identidad de género, palabras como madre o mujer embarazada están siendo reemplazadas por conceptos neutros y asexuales de personas, a los que se les agregan funciones disociadas, como “persona menstruante”, “persona gestante” (Salazar, 2021, 12 de febrero), “persona embarazada”, “leche humana”, “voluntad procreadora” y “gestación solidaria”, dejando de requerir a la madre legal (Young, 2018). Por ejemplo, desde la introducción de la identidad de género y la expresión de género en la ley maltesa, los certificados de nacimiento en Malta ya no tienen madre y padre sino Progenitor 1 y 2 (Delia, 2020). Se propusieron cambios similares en Francia e Italia. Además, los fallos judiciales son cada vez más extraños. En EE. UU., una mujer fue despedida de su trabajo porque estaba amamantando, lo que según la empresa, no era discriminación por sexo, en parte porque los hombres pueden amamantar en determinadas circunstancias (Marcotte, 2015).
En un esfuerzo conjunto con el cabildeo por la identidad de género, ha surgido una nueva industria de explotación reproductiva, ayudada por la biotecnología, que usa los eufemismos de subrogación o embarazo de sustitución (Red del Centro de Bioética y Cultura, 2013). No es coincidencia que en 2016 el Dr. Sutter, un senador de Bélgica, fuera el autor de una controvertida propuesta de resolución para regular la subrogación en Europa (European Post, 2016).
El lobby de identidad de género trabaja para introducir en la ley, el derecho humano a usar un cuerpo femenino como “sustituto” para las personas que no pueden tener hijos debido a su orientación sexual o identidad de género. La descendencia se reduce a un producto que se puede comprar y desconectar de su madre biológica; simultáneamente, los hombres que se identifican como mujeres trans reclaman el derecho a un trasplante de útero para tener bebés. Si bien las leyes se aprueban en países más ricos, las mujeres utilizadas en esta industria provienen de países pobres (Klaine, 2018) sin tener en cuenta los impactos mentales y físicos en su salud (Lahl, 2018). Muchas mujeres explotadas por la subrogación son mujeres migrantes de entornos empobrecidos y territorios devastados por la guerra o el conflicto, sujetas a violaciones de su libertad de movimiento y autonomía corporal (ENoMW, CIAMS, 2022). Muchas de estas mujeres han estado en la prostitución o siguen siendo prostituidas para el placer de los compradores de sexo (Roberts, 2014). Además, algunos clientes de madres sustitutas no querían que se vacunaran contra el COVID-19, por temor a que las vacunas pudieran afectar a los niños que habían ordenado. Sin embargo, ellos sí se vacunaron (Domínguez, 2021).
Mujeres en el deporte
Las mujeres han luchado por tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres para participar activamente en los deportes. El concepto de juego limpio es la base moderna para todos los deportes competitivos (Juego limpio para mujeres, n.d.). Promueve una competencia significativa al agrupar diferentes tipos de cuerpos en categorías de sexo, edad y peso. Dado que el rendimiento está fuertemente influenciado por factores fisiológicos como la fuerza muscular, la capacidad de producción de potencia y los factores cardiovasculares y metabólicos, está bien documentado que los hombres tienen una ventaja sobre las mujeres (Donovon, 2020). Por ejemplo, los hombres tienen un 66 % más de músculo en la parte superior del cuerpo y un 50 % más de músculo en la parte inferior del cuerpo y son más rápidos que las mujeres en natación, carreras de corta y larga distancia, remo y kayak (Save Women’s Sports, n.d.).
Recientemente, la mayoría de los organismos deportivos nacionales e internacionales de todo el mundo han abierto la categoría de deportes femeninos a atletas masculinos que se identifican a sí mismos como mujeres. Las pautas del Comité Olímpico Internacional de 2015 establecen que los atletas que hacen la transición de hombre a mujer pueden competir en la categoría femenina sin necesidad de cirugía, siempre que su nivel de testosterona se mantenga por debajo de diez nanomoles/litro durante al menos un año (Ingle, 2019). Estas pautas, ahora adoptadas por la mayoría de los organismos deportivos, se consideran no científicas (Fair Play for Women, 2019) cuando se tiene en cuenta la densidad ósea y muscular masculina, la memoria muscular y la biomecánica (Reuters, 2019). En septiembre de 2014, la luchadora de artes marciales mixtas Tamikka Brents luchó contra su oponente trans Fallon Fox; durante la primera ronda, Brent sufrió graves lesiones, incluida una conmoción cerebral y fractura de cráneo (Presley, 2019; Sarmah, 2022). En India, en 2018, en una universidad de Kerala, un hombre identificado como trans participó en deportes femeninos y, al hacerlo, privó a una mujer del lugar que le correspondía. “Riya”, una estudiante de primer año de grado, obtuvo el primer lugar en la caminata de 3 km, el salto de longitud y el lanzamiento de martillo. Además de competir en la categoría equivocada, también compitió fuera de su grupo de edad. Aunque las autoridades han especificado un límite de edad máximo de 25 años, “Riya”, de 28 años, compitió y ganó (Mili, 2018). Estos no son casos aislados. El movimiento hacia la inclusión deportiva ha afectado negativamente a las mujeres y las niñas, que pierden una competencia justa y significativa en todos los niveles y grupos de deportes femeninos (Save Women’s Sports, n.d.).
Niñas y niños
El proyecto de identidad de género ha modificado la definición del interés superior del niño a una en la que el consentimiento de las prácticas dañinas, como vendar los senos de las niñas, o las transiciones médicas, como el tratamiento hormonal y la cirugía, pueden anular el consentimiento de los padres. En lugar de utilizar la psicoterapia o el tratamiento del trauma para muchos niños que podrían sufrir disforia de género, como un mecanismo para hacer frente a la violación y el trauma infantil, el sistema médico produce niñas y niños disociados que serán pacientes en el sistema médico de por vida. Los bloqueadores de la pubertad dañan el cerebro (Cauffman & Steinberg, 2001), acortan los huesos (Vlot et al., 2017) y crean una apariencia más joven en las niñas que deberían tener cambios corporales con la pubertad. Los niños ahora pueden ser comprados por cualquier persona en el mercado de subrogación y utilizados en la prostitución y la pornografía, entre otros sistemas sociales que permiten el acceso sexual a los niños y las niñas. Adicionalmente, existe presión para naturalizar el incesto y crímenes de pedofilia (abuso sexual infantil) mediante la reducción de la edad de consentimiento para las relaciones sexuales y el matrimonio (Falcon, 2021).
CONCLUSIONES
GRUPOS DE INTERÉS ESPECIAL DE IDENTIDAD DE GÉNERO
El Proyecto de Identidad de Género comenzó como la defensa gradual de unos pocos transexuales poderosos en los EE. UU. para apoyar lo que parecían ser individuos estadísticamente raros que sufrían de disforia corporal y autoginefilia, con el deseo, especialmente de los hombres, de ser vistos por la sociedad como el sexo opuesto. Convirtieron este deseo en un proyecto bien programado y proactivo para deconstruir y eliminar la noción/concepto legal de sexo basado en el sexo biológico (femenino/masculino). Este proyecto experimentó un rápido crecimiento debido al documento no vinculante de los Principios de Yogyakarta escrito en 2006, la sustancial financiación internacional y el cabildeo en el sistema de la ONU y otras estructuras supranacionales, y en sociedad con otras industrias que promueven la supremacía masculina (como la industria de la explotación sexual y reproductiva).
Al hacer esto, han podido ejecutar una captura de políticas, definida por la Organización Internacional para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como una situación “donde las decisiones públicas sobre políticas se desvían consistente o repetidamente del interés público hacia un interés específico, lo que puede exacerbar las desigualdades y socavar los valores democráticos” (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2017, n.p.).
Su poderosa propaganda les ha permitido socavar el derecho internacional de los derechos humanos y las leyes estatales construidas con estos estándares para tener la expansión irrestricta de sus operaciones comerciales a nivel global. Al trabajar en el marco legal en el que los registros de sexo biológico no tienen un propósito legítimo ante la ley, han podido crear las condiciones para lo siguiente:
(1) Normalizar la alteración y mercantilización de la biología humana: un mercado industrial rentable de alta tecnología/medicina (cirugías, biogenética, trasplantes, hormonas, manipulación de la fertilidad, entre otros) basado en estereotipos y biología de la mujer, con pacientes médicos de por vida, un mercado de explotación sexual y reproductiva lucrativa y una oferta ilimitada de individuos vulnerables (principalmente mujeres y niñas);
(2) Invisibilización de la desigualdad entre mujeres y hombres: un contexto legal que debilita la rendición de cuentas de los Estados y organismos internacionales en el seguimiento de las violaciones de derechos humanos y en el trabajo por la igualdad entre mujeres y hombres, medible únicamente por indicadores basados en el sexo, y
(3) Naturalización de la violencia masculina contra mujeres y niñas y su explotación: un contexto legal en el que es imposible identificar y perseguir numerosos delitos que son principalmente violencia masculina contra mujeres, niñas y niños, como la trata, la explotación sexual y reproductiva, la prostitución, la pornografía, embarazo forzado, matrimonio forzado, mutilación genital femenina, violación, acoso sexual, feminicidio y muchos otros (The Williams Institute at UCLA School of Law, 2018).
La identidad de género es discriminación basada en el sexo
El proyecto de Identidad de Género se ha convertido de manera más visible en una captura política para erradicar la discriminación basada en el sexo. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) definió la discriminación basada en el sexo en el artículo 1 como cualquier distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga el efecto o el propósito de menoscabar o anular la reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural, civil o en cualquier otro ámbito (CEDAW, n.d).
Posteriormente, en la Recomendación General No. 28 (1.5) de 2010 sobre las obligaciones fundamentales de los Estados Partes, el Comité CEDAW señaló que el término sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, mientras que el término género se refiere a las identidades construidas socialmente, atributos y roles para mujeres y hombres, incluyendo el significado social y cultural de la sociedad para estas diferencias biológicas que resultan en relaciones jerárquicas entre mujeres y hombres y la distribución de poder y derechos a favor de los hombres y en desventaja de las mujeres. Este posicionamiento social de mujeres y hombres se ve afectado por factores políticos, económicos, culturales, sociales, religiosos, ideológicos y ambientales y puede ser modificado por la cultura, la sociedad y la comunidad.
Al mismo tiempo, en el artículo 5, la CEDAW señaló la necesidad de “modificar los patrones sociales y culturales de conducta de hombres y mujeres para lograr la eliminación de los prejuicios y prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que se basen en la idea de la inferioridad o la superioridad de cualquiera de los sexos o roles estereotipados para hombres y mujeres”. Este artículo abarca lo que más tarde se denominó género, en numerosos instrumentos de derecho internacional, y solo se definió como tal explícitamente en el Convenio de Estambul del Consejo de Europa como “los roles, comportamientos, actividades y atributos construidos socialmente que una sociedad determinada, considera apropiados para mujeres y hombres”.
Las feministas, que querían combatir las restricciones impuestas a las mujeres por razón del sexo y la biología, adoptaron el uso del género —concepto de origen lingüístico y promovido por los sexólogos estadounidenses en sus estudios sobre la transexualidad en la década de 1960 (Stoller, 1968)— para desafiar la idea del destino inferior de la mujer. Las feministas sostuvieron que la supuesta inferioridad de las mujeres basada en su biología, en lugar de sus roles culturales, era patriarcal. En la interpretación feminista clásica, el género se refiere a todas las normas, estereotipos y valores impuestos a las personas en función de su sexo. El uso de género debe estar íntimamente conectado con el sexo porque se refiere a él.
Es evidente que el problema que los Estados Partes debían eliminar y corregir no era la definición o registro del sexo, sino la discriminación y relación desigual entre hombres y mujeres, por el hecho de que las mujeres nacían mujeres, así como los prejuicios, roles estereotipados, costumbres y otras prácticas que hacían a las mujeres inferiores o subordinadas a los hombres. Por esta razón, el sexo constituye un motivo único de discriminación, tal como se define en el artículo 1 de la CEDAW, y se ha introducido como un indicador importante y un comparador para evaluar las disparidades entre mujeres y hombres en los marcos internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del que son participantes todos los Estados miembros de las Naciones Unidas(1).
La definición de discriminación contra la mujer de la CEDAW consideraba que la igualdad sustantiva requería tanto un trato idéntico basado en la dignidad humana, como un trato diferenciado basado en la diferencia de sexo. Sin embargo, al momento de redactar la Convención, no estaba previsto que la falta de distinción basada en el sexo se convirtiera en una arbitrariedad, que anularía el reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos de las mujeres. Esto es lo que han logrado los activistas de la identidad de género para sí mismos y contra las mujeres y las niñas: la fusión gradual del sexo con el género y la identidad de género, la consiguiente erosión de las distinciones sexuales y el debilitamiento y la eliminación de las protecciones basadas en el sexo y las medidas especiales que han conducido a la exclusión y restricción de derechos, como los que hemos documentado en los apartados anteriores de este documento.
Este choque de derechos entre el proyecto transgénero y los derechos de las mujeres aparece como una discriminación indirecta, porque las medidas que parecen neutrales no brindan resultados iguales para las mujeres y no reconocen la discriminación y la desigualdad históricas. Las mujeres quedan reducidas a seres humanos con funciones adheridas a sus cuerpos neutros.
Violaciones de los artículos de la CEDAW y la igualdad sustantiva para las mujeres
La eliminación del sexo legal y/o su sustitución por las categorías de identidad de género, expresión de género y características sexuales constituye una interpretación errónea y un abuso del derecho internacional y del entendimiento jurídicamente vinculante de la discriminación basada en el sexo. También incluye la captura política de leyes, medidas temporales y políticas públicas diseñadas para modificar los roles estereotipados de mujeres y hombres, erradicar la discriminación de las mujeres y lograr la igualdad sustantiva o de facto para las mujeres. Al incluir la identidad de género en el sexo o al reemplazar el sexo con la identidad de género en la ley, la obligación misma de los estados partes de lograr la igualdad sustantiva se vuelve imposible o impotente.
Varios artículos y aclaraciones de recomendaciones generales son violados por el proyecto de identidad de género, incluyendo el preámbulo de la CEDAW, art 4.2, 5b sobre el significado social de la maternidad, el interés primordial del niño, y 11.1.f sobre salud y reproducción; los artículos 5, 10c, relativos a la eliminación de los roles estereotipados de hombres y mujeres; 10d sobre igualdad de oportunidades para beneficiarse de becas y ayudas al estudio, los artículos 7 y 8, relativos a la elección pública en organismos públicos, privados y no gubernamentales a nivel nacional e internacional; 10g a la igualdad de oportunidades en el deporte y 11c a la seguridad en el empleo y libre elección de profesión y empleo; 11d a la igualdad de remuneración y trato; el art. 6 a una vida libre de trata de mujeres y explotación de la prostitución, y Recomendación General 19 y 35 a otras formas de violencia contra la mujer; 15b al derecho a elegir cónyuge y contraer matrimonio, incluidas las relaciones entre personas del mismo sexo. Adicionalmente, la RG 14 protege a las mujeres de la mutilación genital femenina, la RG 24 el derecho a la mejor salud física y mental, yla RG 36, a la educación.
El otro derecho fundamental que se vulnera por la identidad de género es la igualdad de hecho o sustantiva de las mujeres, para cuya consecución son imprescindibles tres estándares:
a. Reconocer las diferencias mientras se afirma la igualdad,
b. Corregir acciones arbitrarias, injustas e injustificables que producen relaciones de poder y resultados desiguales, y
c. Ofrecer igualdad de oportunidades, acceso a las mismas, resultados y beneficios para las mujeres. Todos estos son violados por el proyecto de identidad de género.
RESISTENCIA FEMINISTA GLOBAL Y PROGRESIVA AL PROYECTO DE IDENTIDAD DE GÉNERO
A pesar de los cambios estructurales profundos y prolongados causados por el proyecto de identidad de género que socava las protecciones y los derechos ganados con tanto esfuerzo de mujeres y niñas, lesbianas y gays y niños, así como la libertad de expresión, creencia y reunión, a nivel mundial, feministas, activistas, escritoras, periodistas, expertas en medicina están investigando, documentando, escribiendo y hablando sobre este tema para crear conciencia, informar al público y evitar daños mayores.
La Declaración sobre los Derechos de las mujeres basados en el Sexo es una declaración internacional y una campaña creada por las fundadoras para presionar a las naciones para que mantengan un lenguaje que proteja a las mujeres y las niñas, en función del sexo en lugar del "género" o la "identidad de género". Ahora es la base de un movimiento mundial de mujeres que se encuentran y se apoyan mutuamente para mantener el lenguaje de la CEDAW. La Declaración sobre los Derechos de la Mujer Basados en el Sexo ha sido traducida a 20 idiomas y firmada por casi 33,300 mujeres individuales y más de 463 organizaciones en 160 países.
En el Reino Unido, después de varios años de movilización popular de mujeres para oponerse a la identidad de género en la ley, el 22 de septiembre de 2020, el Secretario de Estado emitió una declaración rechazando los llamados a la autoidentificación del sexo (Government Equalities Office & Truss, 2020). Al mismo tiempo, en Escocia, debido a un exitoso caso judicial presentado por una organización feminista For Women Scotland, por decisión de la Corte Suprema de Escocia, el gobierno escocés se vio obligado a revertir sus cambios a la ley de Mujeres en Juntas Públicas, según el cual cualquier varón con pronombres femeninos podría optar al cargo de junta pública, en la categoría reservada a las mujeres (Dictamen de la Corte, 2022).
En total, desde 2018 en el Reino Unido, feministas y otros defensores de los derechos humanos han iniciado al menos 30 casos legales contra clínicas de identidad de género, prisiones e instituciones públicas y privadas, para llamar la atención pública sobre los daños inminentes, causados por la identidad de género a la igualdad y protección de mujeres, niños, personas homosexuales, estudiantes y ciudadanos. El caso de Keira Bells en el Reino Unido en 2021 es un hito en la protección de las niñas y los niños contra el tratamiento poco ético de los bloqueadores de la pubertad, promovido por la industria transgénero (Doward, 2020). El caso de Bell fue una de una serie de acciones tomadas por particulares, así como por el gobierno del Reino Unido, en torno a la importante clínica de identidad de género del Reino Unido, Tavistock, que finalmente resultó en el cierre de la clínica debido a la falta de medidas de protección (Lane, 2022) luego de que el estado solicitara una investigación (Cass, 2022). Al mismo tiempo, en Suecia, en febrero de 2022, la Junta Nacional de Salud y Bienestar restringió oficialmente la práctica de recetar bloqueadores de la pubertad y hormonas del sexo cruzado a pacientes con disforia de género menores de 18 años, y concluyó que la base de evidencia para intervenciones para jóvenes con disforia de género es de baja calidad y que los tratamientos hormonales pueden conllevar riesgos.
El caso de Maya Foraster también es un caso histórico en el Reino Unido. Fue despedida de su trabajo por expresar una visión crítica sobre la identidad de género y su reemplazo de la categoría de sexo. Después de una batalla legal de dos años, recibió una sentencia en la que las personas con lo que se ha denominado “creencias críticas de género” están legalmente protegidas de la discriminación y el acoso en el empleo y como usuarios de servicios (Sex Matters, 2021). Ahora aboga y produce recursos para promover la claridad sobre el sexo en las políticas públicas, la ley y la cultura, para restablecer que el sexo es importante en las reglas, leyes, políticas, lenguaje y cultura (NGO Sex Matters (n.d.).
Los profesionales de la educación, los padres de niñas y niños que no se ajustan al género y los detransicionadores se han organizado para informar a los demás y trabajar para aceptar el cuerpo de cada hijo tal como nace. Tienen páginas web como Transgender Trend (n.d.), Parents of Rapid Onset Gender Dysphoria (Disforia de género de inicio rápido, n.d.), Genspect (n.d.) (una alianza internacional de 20 grupos de padres y profesionales cuyo objetivo es abogar por padres de niñas y niños “cuestionadores de género”) y otros como Amanda (Amada_Familias, n.d.) y No Corpo Certo (n.d.), son profesionales, críticas de género, que educan sobre el impacto principalmente en niños y niñas.
A nivel internacional, se han creado grupos e iniciativas de expertos científicos, médicos, investigadores y académicos preocupados: Society for Evidence-Based Gender Medicine (SEGM) (n.d), Project Nettie: Scientists Supporting Biological Sex (n.d), Thoughtful Therapists ( n.d.), Repensar la ética de la medicina de la identidad (n.d.), Estadísticas de género. (n.d.), la organización franco-belga Le Petite Sirene (n.d.)
Académicos y expertos también han publicado varios libros que brindan un análisis integral de la industria transgénero global: Trans: When Ideology Meets Reality de Helen Joyce, Material Girls de Katheleen Stock, The Doubethink de Janice Raymond, The Abolition of Sex de Kara Dansky, Irreversible Damage: The Transgender Craze Seducing Our Daughters de Abigail Shrier, y Genderőrületek Németországban és Magyarországon (Diferencias de género en Alemania y Hungría) de Eszter Kovats.
La Ley de Igualdad y Mujeres (n.d.) está pendiente en el Congreso de EE. UU. Este tema de los hombres alojados en prisiones con mujeres está siendo cuestionado por el Women's Liberation Front (s.f.), Women's Space (s.f.) en Irlanda, Contra el Borrado de las Mujeres (s.f.) en España, No Corpo Certo (s.f.) en Brasil, y otras campañas fundamentales, que luchan contra las leyes y políticas locales que se han introducido para socavar los derechos de las mujeres y las niñas. Finalmente, también hay comunicaciones críticas de cantantes de rap como Francis Aaron con Clownfish (2021).
Los jueces también están reaccionando a los casos. La jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Elizabeth Odio Benito, ha escrito valientemente dos opiniones disidentes sobre el uso de marcos legales diseñados para proteger a las mujeres en la resolución de problemas relacionados con hombres que se identifican con el estereotipo de mujer (Odio, 2021 y 2022).
Debido a esta nueva versión de patriarcado, una nueva generación de mujeres ha retomado el valor de la CEDAW como el estándar internacional de verdaderos valores feministas. Se espera que logren revertir esta tendencia global para borrar el reconocimiento de que la mitad de la humanidad ha estado subordinada debido a nuestro sexo.
(1) El marco de indicadores globales sobre los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en julio de 2017 como parte de la Resolución A/RES/71/313. A pesar del compromiso de la resolución “de incrementar y utilizar datos de alta calidad, oportunos y confiables desagregados por sexo” (ONU, 2017, p.2), según el Informe ODS 2022, “Entre los 32 indicadores ODS con un requerimiento de desglose por sexo, solo 21 tienen los datos desglosados más recientes disponibles en la mayoría de los países (más del 80 % con un requisito de desglose por sexo, de los países tienen al menos un punto de datos desde 2015); para 8 indicadores, no hay datos desagregados por sexo disponibles. Los datos están disponibles solo para 7 de los 21 indicadores que requieren desglose por sexo y edad” (ONU, 2022, p.4).
CITA RECOMENDADA
Feminists from Europe, North America, Asia, Central America, and Africa (2022). The erasure of sex: The global capture of sex by gender identity activists and the effects on the rights of women and girls. Dignity: A Journal of Analysis of Exploitation and Violence. Vol. 7, Issue 4, Article 1. Available at http://digitalcommons.uri.edu/dignity/vol7/iss4/1. https://doi.org/10.23860/dignity.2022.07.04.01
Las referencias están aquí.