La negación de la realidad biológica de los sexos lleva a las personas que aspiran a imitar al otro sexo, a acercarse lo más posible a esa ilusión. Pueden alterar su apariencia superficial con la vestimenta, presentación y comportamiento pero otros van por más. Así, su malestar psicológico es tratado médicamente, a pesar de la posibilidad de resultados insatisfactorios.
Las intervenciones médicas acarrean una alta posibilidad de riesgos de daños médicos, como complicaciones postoperatorias, pérdidas de funciones corporales, y un significativo incremento de morbilidad (problemas a partir de una intervención médica) de larga duración, mortalidad y suicidio. Las amputaciones resultan en discapacidades y complicaciones a largo plazo. Tampoco se resuelve la angustia psicológica del paciente.
Pero vayamos por parte. En el pasado la medicina experimentó con diversas cirugías para acomodar el cuerpo a la apariencia deseada del paciente, como por ejemplo es retratado en la película La chica danesa, en base a la historia real de la pintora Lili Elbe. A la larga, se supo que acarrea graves riesgos, mientras no ofrecían beneficios objetivos en términos de rehabilitación social, como cuando el hospital Johns Hopkins decidió suspender sus servicios de intervenciones médicas en 1979.
Los experimentos médicos continuaron en los márgenes de la profesión médica, pero volvieron a renacer con la industria de género y el movimiento transactivista. Se cambió exitosamente los términos como “cambio de sexo” (que tampoco refleja la realidad) a “reasignacion de género” y “afirmación de género”, que no son más que la reasignación o la afirmación de un estereotipo o sentimiento.
Primer eufemismo: llamar “género” a un estereotipo o sentimiento.
En el siguiente titular de una nota, que es una más dentro del continuo bombardeo mediático, se persigue manipular la compresión de la realidad:
Los segundos eufemismos: “cambiar de sexo” “reasignación de género” “afirmación de género”
Capitulando ante la ideología de género, los medios de comunicación y la profesión médica entre otros, han aceptado la corrupción del lenguaje:
Esto de hacer creer en la existencia de una realidad superadora, solo se logra a través de redefinir las palabras. No existe ningún procedimiento médico conocido hasta ahora que cambie el sexo biológico. La medicina solamente es capaz de modificar el cuerpo, para superficialmente parecerse al sexo contrario, a través de hormonas y cirugías cosméticas.
La otra estrategia transactivista consiste en plantear falsas equivalencias, como cuando sostienen que la declaración de su deseo es equivalente a cambiar su sexo, o que el sexo biológico es un espectro.
El auge de la medicina para cambiar la apariencia corporal por un estereotipo, es bastante única en términos de la pobre calidad de las evidencias, y el constante rechazo a investigaciones imparciales, usadas para justificar intervenciones médicas irreversibles, de otra manera, en personas sanas.
Tercer eufemismo: “medicina transgénera” es la intervención en el cuerpo para modificarlo superficialmente al estereotipo deseado.
Cuarto eufemismo: “transformación de mujer a hombre”.
La “genioplastia masculinizante” es la extirpación del aparato genital femenino junto con la amputación de las mamas. Además, no se crea un pene ni existirá el escroto, a lo sumo será la construcción de un simulacro que funcionará pobremente, aunque los cirujanos lo llamen equívocamente “construcción de genitales”. Extirpar partes del cuerpo sano para volverse un estereotipo masculino es de una enorme crueldad, avalada por la premisa si el cliente-paciente lo pide, ¿por qué no?.
Quinto eufemismo: “construcción de genitales”
La misma lógica se aplica a los varones queriendo jugar el rol de ser mujer. La “genitoplastia feminizante” es la amputación de su aparato reproductor y parte de su sistema urinario. No tendrán una vagina ni tampoco un clítoris.
Los procedimientos médicos en el rostro es como cuando vemos a actores de Hollywood tratando de ocultar los cambios corporales por la edad, por cierto inevitable. Ser reconocido como mujer sigue siendo una propaganda, con resultados dudosos.
El poder de la publicidad, por ejemplo en esta nota, consiste en agregar más intervenciones médicas, deliciosamente presentadas para ilusionar al paciente, invirtiendo en más cirugías: feminización de la voz, cambios de tórax por medio de implantes mamarios (que no son mamas!) etc. Como dice Eliza Mondegreen, como no se puede cambiar el sexo, pero solo aproximarse al opuesto, no hay fin para los procedimientos a seguir. “¡Nunca te convertirás, pero puedes seguir intentándolo!”, con lo que se cumple la razón de ser de la industria de género, es decir crear un mercado de la modificación corporal que no tiene fondo.
Y para garantizar su espacio dentro del competitivo mercado médico, el profesional de la nota aclara que será un éxito en tanto se consulte con cirujanos capacitados, por lo cual se convoca a pacientes con abultadas billeteras.
Está claro que los profesionales de la medicina fallan a sus pacientes, solo causan más daño a su cuerpo. Esto es a todas luces inmoral.
El enorme engaño, de hacer creer inadvertidamente, que puede efectivamente deshacerse de su sexo, como se observa con la seguidilla de eufemismos aquí, está presente a la hora de hablar de intervenciones médicas, pues controlar el lenguaje es controlar el pensamiento de la gente.
Enredarnos con el neolenguaje al debatir sobre la ideología de género, solo mantiene la confusión y distorsión, forzándonos a seguir diciendo mentiras. Evidentemente esto es políticamente erróneo y estéril. Por eso, se requiere del coraje de resistir hablando de manera real y precisa, ya que es el lenguaje el que crea la realidad.
Fuentes de consulta:
Isadora Sanger, Born in the right body, Gender Identity Ideology from a Medical and Feminist Perspective, 2022.
Eliza Mondegreen en su nota titulada $$$$$$$ incluye un listado de los procedimientos quirúrgicos avalados por la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero , World Professional Association for Transgender Health (WPATH) https://elizamondegreen.substack.com/p/864?r=h80m3&utm_campaign=post&utm_medium=web
WDI USA, The Importance of Language in Matters of Sex, Kara Dansky, Libby Emmons, Elizabeth Miller, Mary Lou Singleton https://youtu.be/AfxtStSJEEQ