LA UNIVERSIDAD DE STANFORD Y EL BORRADO DE LAS MUJERES
La universidad privada de Stanford, ubicada en Los Ángeles, es célebre por su sobresaliente número de 81 premios Nobel; por tener por lo menos un medallista en cada uno de todos los Juegos Olímpicos; por ser alma mater de muchos multimillonarios, miembros del congreso de EEUU; por sus difíciles requisitos de admisión y otros muchos datos más que la destacan por su calidad educativa.
En enero de 2023, esta prestigiosa universidad eliminó de su sitio web el documento llamado Elimination of Harmful Language Initiative, EHLI (Iniciativa para la Eliminación del Lenguaje Nocivo) puesto en 2020.
Inicialmente el objetivo de la iniciativa es educar a la gente sobre el impacto de las palabras y eliminar muchas formas de lenguaje nocivas, algunos son caballitos de batalla del movimiento por la Justicia social: sesgos e insultos étnicos, de género, sesgos por capacitismo (ableism o ofensa a las personas con discapacidades), racismo institucionalizado, colonialismo, apropiación cultural, términos que faltan el respeto o apreciación, etc. El andamiaje teórico corresponde a las teorías postmodernistas adoptadas por la izquierda política convertidas en una política estándar en las universidades occidentales a través de acciones afirmativas y censura en el discurso.
También se agrega otro fenómeno ya extendido a nivel mundial. Greg Lukianoff y Jonathan Haidth en su libro The Coddling of the American Mind, How Good Intentions and Bad Ideas are Setting Up a Generation for Failure, lo describen como la infantilización de la educación o el principio “lo que no te mata, te hace débil”. Concretamente, se propone eliminar cualquier amenaza real o imaginaria creando espacios de seguridad emocional, buscando que nada inquiete la confortabilidad en las instituciones educativas, como demuestran muchos de los casos citados en este libro.
Contra los “trigger warnings” que se traduciría como llamados de alerta, advertencia o avisos sobre contenidos que pueden ser dañinos, se propone el control del habla. La resultante corrección política es la elevación de la sensibilidad, del postureo moral por sobre la verdad, propia de las políticas identitarias.
Seguidamente, vamos a ver algunas propuestas de cambio en el lenguaje, en relación a los derechos de las mujeres, pero antes de entrar de lleno en el listado, en el documento se añade:
Traducción: Advertencia de contenido: este sitio web contiene lenguaje que es ofensivo o dañino. Por favor participa en este sitio web a tu propio ritmo.
A tal punto parecen estar convencidos del beneficio de extremar las advertencias por el posible daño de su lectura de lo que ya venían hablando, que vuelven a exhortar en negrita, a prestar atención sobre el contenido que aparecerá si uno sigue leyendo.
Esta exageración de las advertencias es parte del auge del seguridadismo (safetyism), también analizados por Lukianoff y Haidt. A lo que siempre se había relacionado con advertencias por la seguridad física, poco a poco se ha expandido al nivel de la expresión de las ideas, como se verá seguidamente.
1- Los pronombres preferidos
EN VEZ DE - CONSIDERE USAR - CONTEXTO
Ya no se podría preguntar: “¿Qué pronombres prefieres que use contigo?” sino “¿con qué pronombres te identificas?” pues se señala que usar pronombres no es un asunto de elección ni preferencia.
Los pronombres son un ejemplo pernicioso del intento de los ideólogos del género de controlar no solo el discurso sino la percepción misma de los demás. Obligar a alguien a mentir sobre lo que ve y lo que sabe que es verdad es manipulador, coercitivo y abusivo en esencia.
2- Mujer / Varón
Cualquier palabra o palabra compuesta que contenga los sustantivos mujer y varón, como landlord, landlady, mailman, policeman, policemen, policewoman, policewomen, chairman, chairwoman, congressman, congresswoman, fireman, firemen, freshman, gentlemen, ladies, deberían ser excluidos porque es una demostración del pensamiento binario y no incluye a todos.
Por eso se propone cambiarlo de tal manera que no se indique el sexo biológico como usualmente se usa. Esto es curioso, porque aunque su cuerpo biológico no corresponda con el sexo que siente, ¿qué problema tendría en tomar la forma establecida hasta ahora, si así coincidiría con lo que se autoidentifica? Ninguna concesión es lo suficientemente buena para los fanáticos del género.
3- El / ella
No se podrían usar “he” y “she”, a menos que esa persona lo haya indicado, en caso contrario debe usarse “they”.
La verdad biológica de los cuerpos sexuados del que emanan los pronombres femenino y masculino, es decir la verdad real y tangible debe eliminarse. Este es el objetivo de la abolición del sexo biológico en el lenguaje.
4- Transexual
Proponen no usar transexual, excepto que sea usado médicamente. Se argumenta que esta forma de llamarlos ha permitido el insulto, la difamación contra las personas LGBTQ+, aunque algunos se identifiquen con ese término.
Históricamente “transexual” describe a varones que aceptaban realizarse diversas cirugías luego del diagnóstico profesional, haber vivido previamente “como mujeres” por un período de tiempo, entre otros requisitos. Al nombrarse “transgénero” el objetivo es quitar cualquier asociación con un problema mental, de diagnóstico y asistencia profesional. Pero la cosa es retorcerlo aún más, lo transexual sería descartado y reemplazado por "transgénero" diluyendo hasta lograr hacer desaparecer los antecedentes históricos, como el Newspeak en la novela 1984 de George Orwell.
Las tres propuestas serían hablar de “persona transgénero”, “trans”, y “gente no conforme al género”, lo cual sería otra manipulación del lenguaje, “género” es sexo y el sexo no se puede cambiar.
5- Heterosexual
El uso del sustantivo “straight” (que significa derecho, recto) debería dejar de usarse pues implica que cualquiera que no es heterosexual, sería torcido o anormal.
La corrección política se utiliza para evitar ofender o poner en desventaja a personas de grupos particulares, que arbitrariamente se definen como víctimas, con argumentos puramente subjetivos estableciéndose como verdades incuestionables.
6- Prostituta y prostituir
Se quitaría el sustantivo “prostitute”, pues se definiría a una persona solo por una de sus características. La forma correcta sería decir “persona que se dedica al trabajo sexual”.
Es curioso cómo llegan a proponer a cambio de una única palabra, seis palabras, ignorando el principio de economía lingüística. En comunicación se tiende naturalmente a abreviar, o simplificar la forma de transmitir una misma información. ¿No podría ser más ridículo a los fines comunicativos? Y este no es el único caso propuesto, también están en la lista “víctima,” “sobreviviente”, etc.
Respecto del verbo, “prostituir”, argumentarían dejar de usarlo porque se relaciona innecesariamente el trabajo sexual con propósitos corruptos o indignos. Así propondrían cambiar “prostituir” por “debase” es decir “degradar” o “desvalorizar”.
El trabajo sexual es explotación sexual, es afirmar la rentabilidad sin límite del cuerpo femenino, deshumanizando a las mujeres. Estos son los valores propios de las nuevas izquierdas, junto con la despolitización, el individualismo, basado en la libertad de elección fortaleciendo el sistema capitalista.
¿POLICIA DEL LENGUAJE O DENOMINACION PRECISA DE LA REALIDAD?
De manera que la propuesta de Stanford podría verse como un intento de forzar la forma de hablar de las personas bajo la premisa:
(1) las palabras son violencia, es decir, educar sobre el posible impacto de las palabras que usamos, para
(2) inducir a la autocorrección o autocensura, generar mayor cancelación social así como el temor a un mayor aislamiento, limitar los intercambios comunicativos y debate de ideas para
(3) afianzar a los supremacistas de la abolición del sexo,
(4) pulverizando los derechos de las mujeres.
Al bajarse de la página web en 2023, Forbes por ejemplo escribe: El destino final del EHLI no está claro, pero uno sospecharía que Stanford tendrá mucho cuidado de no repetir lo que muchos ven no solo como un fiasco de relaciones públicas sino también como un ejemplo de pensamiento grupal que salió muy mal.
Stanford por su parte, afirmó que fue pensado como una guía, no como un mandato.
“Esta sugerencia de cambios en el lenguaje, propuesta por Stanford, ya no está más en línea pero debido a las críticas pero por las reacciones desde la universidad, está claro que esto es un asunto del que creen que es un avance y esperan en el futuro un verdadero índice de lenguaje inclusivo mucho mejor.
Al momento de retirar el documento también plantean:
La comunidad de TI de Stanford se mantiene firme en su compromiso con los valores de diversidad e inclusión de la universidad. La motivación principal de esta iniciativa siempre fue promover un entorno más inclusivo y acogedor donde las personas de todos los orígenes sientan que pertenecen… Es por esta razón que hemos eliminado el sitio EHLI. El camino a seguir se determinará después de revisar todos los comentarios recientes y consultar con el liderazgo académico y administrativo de la universidad. Todos los esfuerzos estarán guiados por el compromiso de Stanford con la libertad académica.
Mientras defiende su compromiso con la inclusión y la diversidad, también apoya la libertad académica, ya que es su razón de ser como institución educativa. Evidentemente la corrección política es un espacio en disputa del que habrá que seguir viendo cómo irá desenvolviéndose. ¿Puede que se estén dando cuenta que la cosa se les está yendo de las manos?
Estos conceptos, como valores universales por parte de Stanford, no son expresión de ningún avance social. Siendo una institución que tradicionalmente se ha asociado con la excelencia intelectual, en realidad se propondría modelar una sociedad donde las mujeres serían una subclase.
Aquí sólo se expusieron algunos ejemplos relacionados con la ideología de género, pero invito a deleitarse con este documento que cubre otros tópicos más. Por ejemplo, ya no se podría decir que Barack y Michelle Obama son “African Americans” sino “negros” y ni que decir de su nacionalidad, no son más “Americans”, serían “US Citizens”. ¡Pasen y vean!
https://s.wsj.net/public/resources/documents/stanfordlanguage.pdf
Esta nota es consistente con el Artículo 4 de la WDI que reafirma los derechos de las mujeres a la libertad de opinión y libertad de expresión. ¿Todavía no has firmado la declaración de la Women International Declaration (WDI)? 👉 Aquí la tienes en su versión completa.
Unete a la campaña internacional por los derechos de las mujeres y niñas basadas en su sexo biológico firmando 👉aquí.
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