Si el docente se presenta como gay, se podría afirmar que no hay nada más saludable en estos tiempos, que reconocer la atracción a otra persona del mismo sexo, ¿no?
Aunque de acuerdo a la generación de los padres, podría ser un poco extraño que el docente sea conocido por su vida privada. ¿Por qué sería relevante para su trabajo? ¿Le interesaría a los padres o al niño? Su labor diaria no estaría relacionada con esto, pero podríamos ignorarlo y desear que todo vaya bien.
Marcos está a cargo de una clase de niños inicial en una escuela pública, en la Ciudad de Buenos Aires. La nota periodística se titula De la ESI a las infancias trans, la incansable lucha de un docente de jardín en el Día del Maestro, y luego agrega: ¿Cómo es ser maestro jardinero, una profesión ligada a mujeres? Efectivamente las docentes representan un 80% del total, según datos del 2004. Pero, ¿por qué la nota enfatiza que sea un docente varón?
El entrevistado cuenta que su vocación surgió gracias al aliento de un referente histórico de la comunidad gay, por la lucha contra el homoodio, la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina, SIGLA, una ONG a favor de los derechos civiles y por la salud física y mental de las minorías sexuales.
Marcos cuenta que vivió una experiencia como docente, que lo marcó para siempre:
“En la sala había un nene que quería ser princesa. Como yo soy gay, todas las preguntas venían a mí. Creían que yo tenía todo ese conocimiento y no era así".
¿Por qué se necesitaría de un maestro gay para saber cómo actuar en esos casos?
Pues pareciera ser que el rol de Marcos en el jardín es ordenar de manera arcaica el desorden de los estereotipos de género, si no están alineados al sexo biológico del niño:
"Él se ponía vinchas, insistía e insistía. Ahí está el tema con las infancias trans, cuando insisten. Yo le pregunté si sabía lo que era ser princesa y me respondió que sí. Y lo acompañamos. Tenía 4 años".
Marcos, que hace sus propios delantales a medida, de tela cuadrillé azul, porque no le resultaban cómodos ni le gustaba el estilo de sus compañeras, no parece reconocer que un niño de 4 años pueda jugar con su imaginación a ser princesa. ¿Las elecciones de vestimenta o los juegos, leídos en clave de estereotipos de género, equivale a estar en el cuerpo equivocado? En todo caso, ¿no podría ocurrir que ese niño, en el futuro, sea homosexual como él, o simplemente, haber propiciado esperar, como recomiendan los pediatras y psicólogos infantiles? ¿Acaso él no estaría negando su propia orientación entre sus alumnos, arrastrado por el tsunami del transgenerismo, desplazando a las LGB como válidas?
“Acompañé a muchos nenes y nenas. Te van contactando (las familias). Si no fuera por Gabriela Mansilla, la mamá de Luana, no sabemos a dónde recurrir", dice el docente.
Gabriela Mansilla, se hizo muy conocida por impulsar el cambio de sexo en el documento de identidad de uno de sus mellizos, Luana, a femenino, y actualmente forma parte del activismo transgenerista formando docentes y guiando a las familias con menores de edad. Aquí está la nota sobre Mansilla.
“ Me mandan los documentos con el cambio de identidad de nenitos y nenitas. Son cosas muy lindas", relata. Farías también hace de puente con especialistas que se dedican al abordaje de las infancias trans.
Toda la nota destila el postureo ético, la excesiva exhibición de los valores de la agenda transgenerista, como progresista y liberadora, transmitiendo qué buena persona es Marcos, acorde a los lineamientos de la corrección política y superioridad moral de la ideología de género.
“ Incluso acá falta mucho. Un docente o una maestra jardinera trans ¿Dónde los vemos? ¿Por qué no hay? Yo soy uno de los pocos de mi comunidad en nivel inicial ¿Por qué no se ven esas personas que también quieren serlo, tienen sueños y ganas?"
Cumpliendo con su rol de policía de la ideología de género, este maestro sospecha de resistencias de las comunidades educativas y propone que haya más docentes, identificadas con el sexo contrario, pues es una cuestión de contagio social, para que el mensaje publicitario sea más efectivo en la comunidad escolar.
Está claro el contexto de esta nota: Argentina es un país donde existe un marco legal que permite el cambio de sexo en los documentos de los niños, y el cuerpo docente y las entidades transactivistas adoctrinan a las familias constituyendo un círculo cerrado, blindado y autorreferencial.
Haciendo referencia al trabajo de Silvia Carrasco, et. al. en La coeducación secuestrada: crítica feminista a la penetración de las ideas transgeneristas en la educación (2022), el sistema educativo reproduce un proceso de penetración de la ideología transgenerista en los centros educativos. Su misión es crear un círculo de reclutamiento y construcción de un alumnado trans, a través de un proceso de inducción cognitiva y emocional, forzando a las familias a acordar con su agenda o expulsarlas y separarlas de sus hijos.
¿Estará Marcos realmente convencido, que es mejor engañar y dañar a los niños, distorsionando su comprensión del mundo, como en un laboratorio cuasi experimental de menores sanos, fomentando una ideología terriblemente homofóbica y dañina?
¡Gracias por leer Aldíafem!
Es espeluznante.