En marzo de 2022, el Teatro Nacional Cervantes que depende la estructura nacional argentina, hace una convocatoria a un “casting para niñas cis, niñas trans e infancias no binarias entre siete y diez años” (sic).
La iniciativa se presenta como “un espectáculo para todo público que narra a los niños sobre cómo los adultos gestionamos nuestros temores al mundo. La obra invita a compartir nuestras configuraciones familiares diversas, no sanguíneas, ampliadas y no embaladas en bolsón cerrado”.
Hubo dos medios periodísticos que levantaron la noticia de la convocatoria para pronunciarse en contra.
En LaDerechaDiario, lo analizan en clave del avance de los espacios por parte de sectores del gobierno actual “kirchnerista y socialista” y de los antecedentes de los directores. Además sostienen que estos sectores de gobierno monopolizan estos contenidos ideológicos que se replican a tal nivel,
“que no dejan espacio para opiniones diferentes, y generan un sentido de realidad anormal, fortaleciendo el proceso de naturalización de conceptos o acciones por lo menos controvertidas como contratar niños con disforia de género para una obra de teatro para naturalizar esta situación “.
El otro medio es Realpolitik, que representa la oposición al gobierno actual. Allí comenta:
“A pesar de que numerosos psicólogos y psiquiatras infantiles continúan reclamando paciencia para comprender los procesos y acompañar a los más chicos en la forma que se considere adecuada, numerosos sectores del gobierno nacional insisten en adelantar pasos y avanzar a como dé lugar.”
Denuncian que se presione a los niños a una solución médica en vez de la asistencia psicológica.
“ El problema radica, sin embargo, en que las familias suelen asistir al niño con suplementos médicos, que ayudan a que sus cuerpos coincidan con el sexo con el que se perciben. Estrógeno, testosterona, bloqueadores, etcétera, comienzan a ser moneda corriente desde una edad muy temprana.”
Para el invierno de 2022, la obra que se llama “Familia no tipo y la nube maligna” efectivamente se puso en cartelera. A las “niñas cis, niñas trans e infancias no binarias” (sic) seleccionadas, se les ha asignado un espacio de juego improvisando libremente, dentro del musical.
En el título ya tenemos una idea del mensaje sobre la familia. En el portal de noticias INFOBAE entrevistan a los directores preguntando: ¿Qué impacto creen que puede tener el discurso de lo “no tipo” en el público?
“¡Ojalá que lo tenga! Para mí hay dos patas de lo no tipo: es desarmar el núcleo familiar típico de madre-padre-hijo-hija, y, por otro lado, abarca desde lo fantástico a la diversidad. Es un mundo del delirio y del amor. En la obra está el hermanoide, que es como un robot-hermano, y están las novietías, novias que crían. Lo no tipo trata de incorporar todo. Hay mucha red más allá de la familia sanguínea.”
Se muestran personas que en el pasado no entraban dentro del modelo de familia, porque efectivamente es un reciente invento corporativo.
El director agrega:
“…la gente en la salida del teatro dice yo soy tu padritío, o tu noviabuela, van apareciendo estos binomios fantásticos de parentesco que invitan al público a reproducirlos y crearlos.”
El objetivo es expresado explícitamente sin tapujos:
“Para mí hay dos patas de lo no tipo: es desarmar el núcleo familiar típico de madre-padre-hijo-hija, y, por otro lado, abarca desde lo fantástico a la diversidad… Hay algo claustrofóbico en la familia tipo…Hay que ir aggiornándose” .
Si los adultos no se aggiornan, se afirma una salida fuera de la familia de origen. Tal como las estrategias adoptadas por las escuelas. Si los padres se resisten, la solución más eficaz es ocultar la transición social, sino hasta médica, para alejar a los niños y jóvenes de sus padres.
Esto es una obra de teatro, es arte. El arte es liberarse de las barreras de lo convencional, es creación y exploración de nuevos mundos simbólicos. Sin embargo, esto es ideología pura trabajando para la industria de género. Es otra expresión más de abrir las ventanas de Oberton --esa teoría que explica como ideas que inicialmente son tabú e inadmisibles, terminan afirmándose en la sociedad. Se trata de desmembrar las instituciones sociales básicas de la sociedad: la familia y el rol de los padres y adultos con los niños.