¿En Argentina las cosas parecen estar mejorándose para las mujeres y niñas, o estoy siendo muy optimista?
GABRIEL → GABRIELA
Primero fue Gabriel Nahir Fernández, luego fue Gabriela. Este preso detenido en un penal de Córdoba, salió en las noticias tras dejar embarazada a una interna en 2019 y, nuevamente, en 2024 repite la hazaña, pero esta vez suma más denuncias de violencia y abuso sexual.
Una mujer trans puede dejar embarazada a una presa.
¿Resultado? Un tribunal ordenó el traslado de este preso a una unidad especial que respete su identidad sin poner en riesgo a otras internas. Se destacó que, al priorizar los derechos del imputado, se vulneraron los de las 481 mujeres encarceladas y del personal femenino encargado de su cuidado.
Las autoridades judiciales y penitenciarias cumplen con la ley trans; la seguridad de las mujeres encarceladas es un asunto menor.
LA DEFENSORA
La abogada de “Gabriela” declara a Página/12 que su cliente es no binarie y los recientes ataques mediáticos marginaron a su asistide de un debate serio sobre género y cárcel. Para la defensora, no importa si dejó a dos internas embarazadas. Eso es pura coincidencia biológica, no una cuestión de género. Claro, como ella lo llamó, la culpa es de la ‘humanofobia’. Ella tiene un punto: afirma que él es inocente hasta que el delito sea probado: que ese embarazo sea de su cliente.
La legislación argentina desconoce al sexo biológico.
NÚMEROS QUE NO MIENTEN
Los varones encerrados con mujeres con un sexo legal femenino son un 25% (42 del total de los 173). Son mayormente argentinos seguido por peruanos y otras nacionalidades (colombiana, ecuatoriana, chilena) según las últimas estadísticas oficiales de 2023. Tienen un promedio de 35 años y mediana de 32 años. Los delitos cometidos por estos varones en cárceles femeninas se concentran principalmente en infracciones relacionadas con drogas. Los encarcelados con mujeres, por violaciones/abuso sexual y otros delitos contra la integridad sexual son 3 casos y otros delitos contra la libertad y contra el honor son 2 casos.
La misoginia institucionalizada se reproduce con estos varones encerrados con mujeres.
EL LÍDER NARCO
En una cárcel federal está detenido Ariel Máximo Guille Cantero. Es el líder de un cartel de drogas, Los Monos, una de las bandas narcotraficantes más influyentes y violentas de Rosario, Argentina. Presentó más de diez hábeas corpus donde dice autopercibirse mujer, que quiere casarse con un varón. Según la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich se lo ha evitado pues su interés es ampliar el grupo de visitantes que van a verlo a la cárcel.
Este capo debería demandar al patriarcado: no hay mujeres listas para dirigir su cartel fuera de la cárcel.
Está condenado a 113 años de prisión. También se dice que se ha declarado bisexual y poliamoroso. Su apremio se agudiza desde que no puede sobornar a las autoridades carcelarias para tener comunicaciones telefónicas con sus subordinados. La presión de las autoridades del ejecutivo sobre los jueces controla que la ley trans no se aplique.
La ley trans es una farsa.
MILEI vs. LEY TRANS
El presidente Javier Milei declaró que el gobierno prohibirá que los presos se muden de cárcel por cambios de identidad de género, para gozar de condiciones más favorables de detención, “para aprovecharse de las mujeres reclusas o para continuar sus negociados, desde condiciones más laxas”.
Bajo las actuales autoridades, mientras no sean delincuentes, los demás varones pueden seguir pisoteando el derecho de las mujeres.
Confío que el debate trascienda la eliminación de la Educación Sexual Integral (ESI) de contenido transgenerista y a los delicuentes que se aprovechan de la ley trans, para culminar en la derogación de la Ley Nacional de Identidad de Género.