Estos son solo algunos casos, en que los hombres han utilizado la Ley de Identidad de Género en Argentina en su propio beneficio. Es una normativa ilegal y fraudulenta. Así se genera una situación que pone en riesgo la integridad de mujeres y niños, exponiéndolos a posibles actos de violencia, acoso y abuso por parte de estos individuos. 1
Luchamos para eliminar todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas que resultan de la sustitución de la categoría sexo por la de «identidad de género».

Jonathan Luna, alias Yoana Luna
Luna asesinó a Micaela Ortega, de 12 años, tras engañarla por un perfil falso de Facebook. Fue condenado a prisión perpetua en octubre de 2017 por femicidio, violencia de género y acoso sexual tecnológico. Tras ello, se sancionó la Ley 27.590 "Mica Ortega" contra el grooming, y en 2022 se estableció el Programa Nacional de Prevención del Grooming. Luego en 2023 se autopercibe mujer y pide que lo trasladen a una cárcel de mujeres. También sus representantes legales piden el cambio de la carátula del asesinato de femicidio a homicidio simple por su condición de sentirse mujer.
Gabriel Nahir, alias Gabriela Nahir
Nahir, encarcelado por lesiones y amenazas a una mujer, hace su cambio registral como Gabriela. Luego es trasladado a una prisión femenina y se reportaron encuentros sexuales no consensuales. Después de ser denunciado por dejar a una mujer embarazada, fue liberado bajo libertad condicional.
Fuentes: 1, 2, 3, 4 y en Youtube.
Guiñazú alias Floppy
Guiñazú abusó sexualmente en reiteradas ocasiones y embarazó a una adolescente de 14 años que padece retraso madurativo. Una prueba de ADN demostró la paternidad. Aunque no ha realizado su cambio de identidad, se dice llamar Floppy. Guiñazú ejercía la prostitución y es responsable de otros abusos sexuales. Por el momento está acusado de abuso sexual agravado con acceso carnal en perjuicio de una menor de edad.
Daniel Ariel Ayara Segura alias Paloma León Araya
Segura es un proxeneta transidentificado, también conocido como “trabajador sexual.” Está condenado por trata de personas y explotación sexual a 30 “mujeres trans” junto con mujeres y menores de edad, y robo agravado.
Alex Maia Sam Estela alias Brenda
Estela asesinó a Brenda Córdoba, una mujer en situación de prostitución. Estela, un hombre transidentificado, fue el que apuñaló a Córdoba, mientras que Christian Santiago Machado Abad, otro hombre transidentificado, está considerado como su cómplice. La identidad de género del asesino ha resultado que no se cuente como femicidio.
Fernando Alvez Ferreira, alias Amanda
Ferreira fue imputado por el asesinato de la madre subrogada de sus hijos triplemente agravado por alevosía, femicidio y uso de arma de fuego. El asesino dice ahora ser trans, y en el juicio por jurados, se dictaminó que no hubo femicidio, resolución que es irrevocable.
Collota alias Marcia Gabriela Collota
Acusado de delito de abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal de un menor. El acusado dice ser trans, y formaba parte de una organización transgenerista.
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La libre elección de una vivencia íntima es imposible de constatar y que ingrese con pleno derecho en el registro oficial de las personas, porque es subjetiva e inverificable. La corroboración es un elemento fundamental en el proceso legal para garantizar la credibilidad y fiabilidad de la evidencia presentada, lo que se conoce como el principio de corroboración o verificación. Este principio busca respaldar la veracidad de la información presentada mediante la presentación de pruebas adicionales o de apoyo que confirmen la validez de los hechos afirmados. De manera que la Ley de Identidad de Género permite que sea utilizada manera deshonesta y favorezca al fraude. Básicamente “la identidad de género” es un absurdo jurídico. Al momento de sancionar la ley, los juristas y legisladores parecen haber sido contagiados por estos virus mentales que destruyen la capacidad de pensar racionalmente en contra de la ciencia (solo hay dos sexos) el sentido común y la lógica, y así continuan todos: policías, fiscales, defensores, jueces, jurados, testigos, peritos, médico y psicólogos forenses, funcionarios penitenciarios, psiquiatra forense, equipo de seguridad, director y trabajadores de la prisión, etc. los que día a día tienen a un varón frente a sus ojos y afirman que es una mujer.