MUJERES SERVIDAS EN BANDEJA DE PLATA PARA VARONES ENCARCELADOS EN PRISIONES FEMENINAS (Primera parte)
Esta es la primera nota sobre personas que han hecho el cambio de sexo registral recluidas en prisiones argentinas.
En febrero de 2023, la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon debió renunciar por el amplio rechazo a su polémica ley transgénero. Pero el caso detonador fue el preso trans Isla Bryson, acusado de doble violación, que llegó a estar en aislamiento en una cárcel de mujeres.
Su caso no era el único. Según publicó la prensa escocesa, otros tantos expedientes se encontraban en revisión, por lo que el Servicio de Prisiones se vio obligado a emitir un comunicado en el que suspendía el acuerdo de "inclusión" alcanzado con la Scottish Trans Alliance y anunciaba que todos los presos cumplirán condena en cárceles acordes a su "género de nacimiento". La medida fue respaldada públicamente por el secretario escocés de Justicia, Keith Brown, lo que habría terminado por empujar a Sturgeon a presentar su dimisión.
En Argentina, donde hace once años que los varones pueden legalmente afirmar que son mujeres, ¿estará sucediendo como en Escocia?
Con los medios de comunicación cooptados, la falta de un periodismo por la defensa de las mujeres, los presos conviviendo con mujeres no son noticia, por lo cual solo contamos con las estadísticas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.1
Las estadísticas oficiales se desglosan en la variable “género” (no sexo) con cinco opciones: “varón”, “mujer”, “mujer trans/travesti”, “trans varón”, pero existe un quinto, llamado “otro”. Por lo pronto, no existen personas identificadas como “otro” en los recuentos que veremos a continuación.
Vayamos a las estadísticas.
En el año 2015, el número de “mujer trans/travesti” en la cárcel es de 33 y el 15% de estos presos están en cárceles femeninas. En 2016, fueron 63 y el 52% está encarcelada con mujeres. En el año 2017, son 128 “mujer trans/travesti” en la cárcel, y 38% los presos están en cárceles femeninas. En el año 2018, el número es de 146, 37% de ellos están encarcelados con mujeres. En el año 2019, son 113 se autoperciben mujer y 51% de ellos están encarcelados con mujeres. En el año 2020, el número es de 109 casos y el 24% están encerrados con mujeres. En los últimos registros disponibles, del año 2021, 151 “mujeres trans/travestis”, 22% están encarcelados con mujeres.
CON LOS FRÍOS NÚMEROS EN MANO
¿Qué criterio han aplicado las autoridades argentinas permitiendo que ciertos varones convivan con reclusas y otros no?
Los delincuentes masculinos identificados como mujeres, no son hombres vulnerables que necesitan y merecen protección en las cárceles de mujeres. A menudo son depredadores muy peligrosos que tienen más probabilidades de victimizar sexualmente a las mujeres.
Ningún varón tendría que recluirse con mujeres, esté o no esté intacto físicamente poniendo a las reclusas en peligro. No es solo una cuestión de seguridad básica, sino también de dignidad y privacidad de las mujeres encarceladas.
Pero sabemos que hecha la ley, hecha la trampa. Por noticias similares de otros países, muchas de Reduxx, que solo, durante el año pasado 2022, ha contribuido con más de 200 artículos relacionados con este tema, sabemos que estos varones lo hicieron por su conveniencia (tipo de delito, pena recibida o lugar de encarcelamiento).2
En Argentina no se puede saber cuándo cambiaron de “género”, y todo es posible con una ley que sancionó un acto de fe, donde “mágicamente” un varón puede autodeclararse mujer. Ya tenemos un caso en noviembre de 2019 con un autopercibido mujer que solicita el cambio de penal en la provincia de Córdoba. En el penal tuvo relaciones sexuales y dejó embarazada a una detenida.
Como sostiene Genevieve Gluck, “Ningún hombre tiene derecho a los cuerpos o la personalidad de las mujeres. La creencia de que el sufrimiento constituye un 'derecho' ganado al cuerpo y la identidad de las mujeres, a través de la cirugía o las hormonas, está respaldada por el derecho y es una visión que sustenta a todas las facetas de la industria del sexo, incluidas las industrias de la prostitución y la pornografía, pero también la subrogación y las industrias transexuales/transgénero.”
En otros países del mundo, los encarcelados que afirman ser mujer presentan otro rasgo más. Según señala Eva Kurilova, una gran proporción de los varones en Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, resultan encarcelados por delitos sexuales. En Reino Unido, casi el 60 % de los reclusos varones identificados como mujer son delincuentes sexuales. En los Estados Unidos, los datos de 2021 revelaron una tasa de delitos sexuales del 48,71 % para la población penitenciaria “trans identificada de hombre a mujer” en comparación con el 11,2 % de la población penitenciaria general. En Canadá, un estudio del departamento de prisiones ha revelado que casi la mitad de los reclusos trans de hombre a mujer tienen antecedentes de delitos sexuales.
EL CASO ARGENTINO
Si vemos las estadísticas bajo la categoría tipo de delito, en 2019, de 113 varones autopercibidos mujer, 5 cometieron violaciones o abuso sexual3 de los cuales dos de ellos están en cárceles femeninas. De dos que cometieron “Otros delitos contra la integridad sexual”,4 uno está en una cárcel femenina.
En 2020, de los 109 varones que afirman ser mujer, 7 han cometido “violaciones o abuso sexual”y dos de estos reclusos, están encarcelados con mujeres. Bajo la categoría de “Otros delitos contra la integridad sexual”, ninguno de los tres reclusos, está encarcelado con mujeres.
En 2021, entre los 151, 10 detenidos autodefinidos como mujer cumplen prisión por violaciones/abuso sexual. Uno de estos violadores está en una cárcel de mujeres. Entre los cuatro condenados por “otros delitos contra la integridad sexual” ninguno está en una cárcel femenina.
¿Solo podría violar el que cometió ese delito anteriormente, o cualquiera de los reclusos podría hacerlo a las mujeres encarceladas?
Por estos números oficiales, pareciera que en Argentina no estaría ocurriendo lo mismo que en estos otros países citados arriba, pero tampoco puede descartarse. Los delitos por violación o abuso sexual llegan a recibir una condena judicial muy excepcionalmente, porque no se denuncian en la mayoría de los casos. Esto solo nos deja con más preguntas que respuestas sobre la situación de de las mujeres y los menores de edad que han sufrido agresiones sexuales y sus agresores.
Todo esto está sucediendo con el aparato estatal y mediático afirmando la abolición del sexo biológico, adoctrinando desde edades muy tempranas a niños y a jóvenes a que se puede cambiar de sexo con solo decirlo. Y junto a las mujeres, entrenándolos a ignorar su sentido común e intuición para cuidarse. ¿Cómo podrían entonces, defenderse del agresor y buscar justicia con semejante manipulación?
Volviendo a la noticia inicial de Escocia. Allí la oleada de críticas y el trabajo de los medios de comunicación permitieron dejar al desnudo las contradicciones de la ideología de la identidad de género. Mientras que en Argentina, los gobiernos transactivistas de la mano con los medios de comunicación y los grupos llamados “feministas” hegemónicos continúan profundizando la desigualdad y violencia hacia las mujeres.
Excepto en las noticias de los sitios web transactivistas analizados aquí.
En el blog salagre.com podrán leer muchas más noticias sobre varones encarcelados en cárceles femeninas en el mundo, traducidas por Nuria (https://salagre.com/?s=carceles).
El abuso sexual es una agresión sexual violenta que atenta contra la libertad sexual de la persona y su derecho a elegir la actividad sexual que quiere realizar. Para que se considere abuso sexual son necesarios: una conducta abusiva de contenido sexual; contacto corporal directo entre la persona agresora y la víctima; que este contacto físico afecte las partes sexuales del cuerpo de la víctima; y falta de consentimiento de la víctima para realizar el acto sexual. También se considera abuso sexual la actividad sexual con un menor de 13 años, aunque haya accedido a la actividad.
Los Delitos contra la integridad sexual son: abusos sexuales; abusos sexuales agravados; promoción y facilitación de la prostitución; corrupción de menores; proxenetismo agravado y rufianería; difusión de imágenes y espectáculos pornográficos de menores; exhibiciones obscenas; sustracción o retención de una persona con la intención de menoscabar su integridad sexual; ciberacoso sexual infantil o grooming.