Esta es una segunda nota sobre personas que han hecho el cambio de sexo registral recluidas en prisiones argentinas.
¿Es posible que las mujeres que cambiaron su sexo registral, por problemas con la justicia, terminen encarceladas en prisiones masculinas? Sí.1
Como en el caso de los varones pretendiendo ser mujer,2 la suerte de estas presas está en manos de las autoridades, que de manera discrecional disponen cual será la institución penitenciaria de destino.
Las primeras en llegar a las cárceles serán 13 mujeres en 2020, de las cuales tres (23%), están en cárceles masculinas y solo representan el 0.4% de todas las mujeres encarceladas.
En 2021 suman 23 y 9 de ellas (39%) están viviendo con presos. Entre todas las encarceladas representan el 0.6%.
Como se puede ver, el porcentaje de mujeres condenadas que se creen varón es mínimo. Además, las mujeres en las prisiones no llegan al 5% de la población total encarcelada, porque la criminalidad es un fenómeno eminentemente masculino.
En general, la causa más importante por las que las mujeres son condenadas es por infracciones a la ley de drogas,3 criminalizando el narcomenudeo y el microtráfico, que es una forma de subsistencia de las más vulnerables económica y socialmente.4 Por esta causa, un tercio de las presas terminan en la cárcel. Sin embargo, las mujeres con cambio de sexo registral, encarceladas por delitos relacionados con drogas, no llegan a la cubrir la misma proporción: fueron el 8% en 2020 y 22% en el 2021.
Como toda organización social basada en la división de sexos, está establecido que las cárceles estén segregadas por sexo5 y parte de sus derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, son a la dignidad, a la integridad personal, física, psíquica y moral.6
Pero esta nueva reorganización social con la ficción legal de cambiar de sexo, desde 2012, ha creado un conjunto de nuevos problemas, donde no tendría que haberlos. Así se justifican actos de extrema crueldad como confinar a mujeres con varones. Se vuelven vulnerables psíquica como físicamente y la hipervigilancia constante crea a la larga, terribles patologías mentales.
Como resultado, la creencia de que el sexo es una cuestión de libertad de elección, que ya no es lo externo, sino lo que se siente, se convierte en un engaño. La realidad material del cuerpo femenino es lo que entra en juego con todos los protagonistas involucrados en el encierro con varones.
En 2018 se otorgó prisión domiciliaria a una mujer con cambio registral porque:
“... la gestión de los establecimientos penitenciarios -al igual que la mayoría de las instituciones- no escapa al modelo binario y cisnormativo y, dadas las dificultades observadas en la efectiva aplicación de la Ley de Identidad Género, se producen serias afectaciones de derechos para el colectivo trans encarcelada/o.”7
La base del fallo se logró debido “a las consultas a organizaciones trans activistas quienes argumentaban que se producen serias afectaciones de derechos para el colectivo trans encarcelada/o. Como el sistema penitenciario no está preparado para resolver estos casos también se solicitó “establecer a la brevedad un programa específico para varones transexuales en contexto de encierro”.8
No se reconoce que la ley es fundamentalmente fallida, por encerrar a una mujer en una prisión de varones. Por el contrario, la asesoría trans responderá con la misma lógica victimista. El responsable es el estado por no garantizar la seguridad de estas personas. Se ha creado un nuevo problema donde no lo había.
Comparativamente, antes las mujeres gozaban de espacios exclusivos. Pero en la actualidad, dice Kajsa Ekis Ekman,9 los espacios masculinos son cerrados y los femeninos abiertos.
En un nuevo nivel de arrogancia patriarcal, los varones mantienen sus espacios, sostenidos por la permanente amenaza de la violencia naturalizada. Además ellos también pueden identificarse o no como “mujeres trans” ocupando nuestros espacios.
Pero en las cárceles, las “varones trans” no mejoran su situación, más bien son las invitadas invisibles a la celebración LGBT. Y ellas junto con el resto de las mujeres, se convierten en las sobras en este nuevo reordenamiento social.
En otro caso de 2018, una mujer procesada, que había cambiado el sexo en su documento de identificación, se niega a quedar alojada en un pabellón masculino. Ella sabe perfectamente que los varones son peligrosos y violentos.
De manera que, si la moda transgenerista dice que eres lo que sientes, ¿por qué estas mujeres auto percibiéndose en masculino, temen por su seguridad o son objeto de abuso en espacios de varones? ¿No será que su identidad de género es un acto de habla performativo, que se desvanece en cuanto se lo impugna?
¿Y cómo responden las autoridades a su reclamo?
"Si partimos de la denominada ley de identidad de género, él ha hecho el trámite en el Registro Civil donde hizo el cambio de identidad, con nombre de varón y lo que nosotros trabajamos siempre es acorde a la voluntad que él ha manifestado en el Registro, por lo tanto debe ser alojado en un sector de hombres", explicó el jefe del Servicio Penitenciario de Entre Ríos…. Por principio y aplicación de las normas, nosotros tenemos que considerarlo hombre, tenemos que respetar su voluntad expresada en el cambio de identidad y su documento"10
La burocracia penitenciaria aplica la ley de manera implacable y desde que se puso en movimiento, las mujeres encerradas con varones son la carne de cañón de este negacionismo biológico.
El artículo 18 de la Constitución Nacional Argentina establece que "las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas". El estado es responsable de la custodia de las personas presas pero ese es el texto escrito.
En realidad, estas mujeres están a la buena de dios, en uno de los lugares más sórdidos y olvidados de la sociedad, en cárceles que funcionan mal, están superpobladas, y no proveen de alimentación, salud y educación básica necesarias.11
Según las estadísticas publicadas por el SNEEP de la página del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Esta fue la primera nota, sobre varones que pretenden ser mujeres en cárceles femeninas. https://open.substack.com/pub/aldiafem/p/mujeres-servidas-en-bandeja-de-plata?r=h80m3&utm_campaign=post&utm_medium=web
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-23737-138
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/mujeres_y_personas_trans_privadas_de_la_libertad_2017.pdf
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-24660-37872/actualizacion
https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/leysimple/derechos-de-las-personas-privadas-de-libertad
https://www.ppn.gov.ar/index.php/institucional/noticias/1989-otorgamiento-de-prision-domiciliaria-para-un-varon-trans-detenido-en-el-spf
https://agenciapresentes.org/2018/11/14/fallo-historico-prision-domiciliaria-a-un-varon-trans-para-evitar-trato-cruel/
On The Meaning of Sex, Thoughts About The New Definition of Woman, 2023.
https://www.losandes.com.ar/un-hombre-trans-que-estuvo-preso-en-mendoza-no-quiere-estar-en-el-pabellon-masculino/
https://www.lanacion.com.ar/seguridad/radiografia-de-las-carceles-argentinas-nid1861899/
Excelente!