Adoctrinamiento forzado: las jóvenes y la negación de su sexo biológico
El adoctrinamiento oficial impacta profundamente a las jóvenes, inculcándoles la idea de que su mejor opción de vida es rechazar su cuerpo y que declarándose varones, así lo serán, como si esto fuera posible. Esta tendencia es especialmente pronunciada entre las más jóvenes por ser más numerosas en comparación con los varones, según los datos oficiales.
Es llamativo que los medios de comunicación no cubren las vidas de estas mujeres como si ellas no existieran, en contrapartida con las frecuentes notas sobre los varones. Ellos aparecen en cargos gubernamentales, grupos de activistas, en los medios de comunicación, artes y entretenimiento. Ellas, como contrapartida, y siempre siendo muy poquitas, celebran en las redes haberse mutilado los pechos. Otras tienen barba, panza de embarazada y bebés:
El primer varón trans gestante de mellizos tendrá licencia por paternidad por 210 días en Chubut. La voz, 20-jul-2022.
Franco es un varón trans, está embarazado de cinco meses y tendrá un bebé de su novia trans. Los Andes, 7-dic-2020
Un hombre trans se entera de que lleva 5 meses de embarazo poco antes de una cirugía de cambio de sexo. Clarín, 25-ene-2024.
Él estuvo embarazado, ella no: tuvieron mellizos y los dos lograron amamantarlos. Ian es un docente trans argentino que gestó y amamantó a sus hijos. Infobae, 2-ago-2023.
En el contexto de las madres trabajadoras, la falacia de registrar oficialmente una creencia subjetiva como sexo legal, exige también la extensión discursiva de la licencia de maternidad en proyectos de ley, llamándolas “maternidades diversas”.1 Esta manipulación lingüística es necesaria para mantener la negación de la biología. Dejemos algo bien claro: sabemos perfectamente quiénes necesitan esta licencia, pero el activismo rehúsa nombrarlas por lo que realmente son: hembras humanas.
Volviendo a estas jóvenes en los medios de comunicación, su valor mediático está asociado con la capacidad procreadora de las protagonistas. Cuando ellas dan vida, la biología se impone aunque se autoperciban como varones. Son el apéndice de la causa trans pues al final del día siguen siendo mujeres. Ellas no podrán ganar en competencias deportivas masculinas ni usar sus baños ni vestuarios sin que su cuerpo devele estar en el lugar equivocado. El cambio de sexo para una mujer raramente significa un avance en su carrera dice Kajsa Ekis Ekman en Sobre la existencia del sexo, reflexiones sobre la nueva perspectiva de género.
Aún así, el fenómeno del cambio registral refleja una tendencia creciente hacia la feminización en los grupos más jóvenes. Pero, ¿cómo son estas chicas en realidad? En una muestra autoseleccionada de 2012, se buscó indagar las condiciones de vida de estas personas.2 Solo el 15% de los entrevistados son mujeres, que participan afirmando no serlo y asumiendo positivamente su elección de vida. Tienen entre 16 y más de 45 años, con un promedio de 39 años. La mitad ha sufrido discriminación en la vía pública, escuela, con la policía y en servicios de salud. Un 19% ha realizado tratamiento hormonal.
Ese y otros relevamientos siempre cubrieron pocas mujeres, pero el que sigue se enfoca exclusivamente en ellas. Más de cuatrocientas mujeres autoseleccionadas, participan voluntariamente, negando su sexo y comprometiéndose a hablar positivamente sobre su elección de vida.3 Esto se debe a que las invitaciones provinieron de las organizaciones trans activistas Fundación Huésped y ATTTA. De manera que, estos resultados deben considerarse con cautela ya que padecen del sesgo del entrevistador.
Estas 415 chicas tienen entre 19 y 27 años. La mitad de ellas se perciben como “hombre trans”, otro 20% se percibe como “hombre”, seguido por “transmasculino”, un 14%, y las restantes como “no binario”, “género fluido”, “agénero”, etc.
Entre ellas, el 59% nació en el área metropolitana de Buenos Aires y el 41% en el interior del país. Solo un 8% eran extranjeras. En términos de cobertura médica, el 37% utiliza el sistema público. Respecto a la vivienda, el 95% vive en casa o departamento, mayoritariamente en compañía de familiares. Respecto del mundo laboral, casi un 40% es estudiante, y el resto tiene trabajos tiempo completo y medio o busca trabajo. En otras palabras, ellas poseen un nivel educativo relativamente alto, acceso a buenos servicios de salud y a una vivienda estable.
En relación a situaciones de discriminación y violencia, el 51% de las participantes reportó haber abandonado su hogar alguna vez, el 81% sufrió acoso escolar, y el 60% experimentó violencia familiar, de pareja o abuso sexual.
La discriminación en el acceso a servicios de salud es alta. Siete de cada diez jóvenes reportó experiencias negativas que las llevaron hasta evitar consultas médicas. ¿Habrán escuchado al personal sanitario llamándolas en femenino? ¿A eso lo consideran discriminación? ¿Acaso la atención sanitaria recibida, el control médico, las medicaciones e intervenciones no están inevitablemente asociadas con su cuerpo femenino? La ideología trans adoctrina que esto es violencia porque la atención médica descansa en la biología y hasta insinuarlo ya sería una blasfemia. Se las ha instruido a pretender que se pueda ignorar cómo funciona su cuerpo y obligan al personal médico a una atención médica deshumanizante, carente de ética, honestidad y dedicación al bienestar de sus pacientes. Para el estado queer argentino, la ética médica y la ciencia comprobada carecen de relevancia.
La mayoría reconoció tener una identidad de género entre los 14 y 20 años. Este fenómeno llamado disforia de género de inicio rápido se repite en los informes de Cataluña, España; en la Clínica Tavistock en Inglaterra; y en el estudio de Lisa Littman en EEUU, entre otros. Esta tendencia sería el resultado de una suerte de contagio social, de influencia mutua entre pares, del consumo de las redes sociales y la educación queer recibida en la escuela. Pero sus causas podrían ser una forma de huir de las presiones por ser mujeres en pleno proceso de crecimiento corporal, sufrir de ansiedad, depresión o haber sufrido experiencias negativas, que la ideología transgenerista oculta. Su éxito radica en hacerles creer en el autodiagnóstico.
Esta cultura dominante daña los cuerpos sanos de estas jóvenes. Este relevamiento argentino muestra que más de la mitad utiliza terapia hormonal. Un 50% usa compresores de pecho y el 31% se ha sometido a extirpación mamaria, mientras que el resto está considerando hacerlo en el futuro. Estas son prácticas dañinas, esterilizantes y mutilantes, convirtiéndolas en pacientes de por vida.
El relevamiento concluye que persisten problemas de acceso a servicios de salud inclusivos y profesionales competentes para brindar servicios de salud “transafirmativos” (sic). En consecuencia, se recomienda que los servicios públicos incluyan programas y políticas públicas para esta población, formación adecuada para los profesionales de la salud, e implementación efectiva de la ESI para reeducar a la población involucrada para negar la existencia de su cuerpo femenino.
En otras palabras, el capital simbólico creado alrededor de la revolución liberadora queer, que proclama ser del sexo contrario y modificar el cuerpo a la imagen del estereotipo masculino, es el resultado de una exitosa campaña de marketing. Esta campaña ha sido promovida por la industria de género y respaldada por la gestión gubernamental. Bilek en Transexual, Transgender, Transhuman plantea el siguiente paralelismo: funciona como con la compra de un objeto de marca extremadamente costoso que, por el simple hecho de poseerlo otorga prestigio y valor social, una imagen de éxito. “Estamos en un territorio peligroso cuando la humanidad se reduce a mercancías y a las mercancías se les otorgan derechos humanos.”
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Maternidades trans: ¿qué pasa con las licencias en estos casos? Ambito, 25-sept-2021.
Primera encuesta sobre población trans 2012: travestis, transexuales, transgénero y hombres trans, Ministerio de Justicia y DDHH, Presidencia de la Nación, INADI, INDEC y Ministerio de Economía de la Nación.
Estado de salud y factores asociados en masculinidades trans y personas no binarias de la Argentina, Fundación Huésped, Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) financiado por fondos gubernamentales y ONU Mujeres, entre otros, 2021.