La anulación de la variable sexo en los registros de las personas, por la ficción subjetiva de la “identidad sentida”, destruye uno de los pilares básicos del ordenamiento social.1 Pero la agenda transgenerista también crea el relato del mini adulto, protagonista de su identidad de género, y así socaba el ejercicio de la patria potestad2 de los padres o tutores de ese menor de edad.
“El "transexualismo" dice Jennifer Bilek, es un fetiche de los hombres adultos que reducen a las mujeres a partes para mitigar sus fijaciones. Se ha rebautizado como "transgenerismo" y para prosperar, necesitan también de los niños y jóvenes, a través de la disociación corporal, abriéndose a la comercialización y experimentación para la ingeniería de nuestra especie.
Las definiciones movibles y estratégicamente convenientes de la teoría de la identidad de género contempla a los niños, ya que ellos tienen el derecho a percibirse y decidir con plena confianza, su identidad de género.
El concepto de interseccionalidad es el concepto fuerza de esta afirmación. Es un concepto utilizado para analizar cómo el sexo, el género, la raza, sin o con discapacidad, el peso corporal, entre otros factores, da lugar a diferentes formas de opresión, discriminación e identidad, que interactúan y se superponen en la vida de una persona. Si en un extremo, en base al entrecruzamiento de dimensiones morales, estarán los “cis”, privilegiados sosteniendo el aparato cultural hegemónico heteronormativo por oposición, en el otro extremo estarán los “trans”; en el caso de la edad, en un extremo se ubican los opresores privilegiados (los adultos) y en el otro, a los oprimidos marginalizados (los menores de edad).
Con el objetivo de promover la plena justicia social, los activistas abogan por los derechos de los menores enfrentándolos con los padres o tutores legales que se opondrían a que los menores realicen una 'transición social’ con sus nuevos nombres y documentos, las intervenciones hormonales y cirugías.
Los principios de Yogyakarta, como proclama de los derechos humanos en relación con la identidad de género, lo tiene añadido: la edad no debe ser la razón para discriminar y excluirlos por su “orientación sexual e identidades de género”.3
Muchas organizaciones supraestatales, con fuerte injerencia en los estados nacionales, acuerdan con estas afirmaciones. En las Naciones Unidas aseveran: “La identidad de género de los menores de edad también debe ser respetada por la ley”. El redactor del informe anual para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Víctor Madrigal-Borloz, en referencia a los recientes cambios legislativos en ciertos estados estadounidenses declaró oportunamente:
“Me alarma profundamente una corriente generalizada y muy negativa resultado de acciones intencionales para hacer retroceder los derechos humanos de las personas LGBT a nivel estatal” … ”que la evidencia muestra que, sin excepción, estas acciones se basan en opiniones prejuiciosas y estigmatizantes de las personas LGBT, en particular de los niños y jóvenes transgénero y buscan aprovechar sus vidas como apoyo para obtener ganancias políticas”.
UNICEF --acrónimo de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia-- no lo esconde en absoluto.
“Igualdad de género: Disfrutar de los mismos derechos es la mejor manera de promover una vida libre de desigualdad, discriminación y violencia para las niñas, niños y adolescentes de América Latina y el Caribe”.
Estar entre los países pobres no los margina de la misma agenda transgenerista mundial. La OXFAM (una ONG dedicada a combatir la pobreza, desigualdad e injusticias del mundo) haciendo uso de su argumentación interseccional, sostiene que entre las múltiples desigualdades, ser joven a nivel global implica la falta de acceso a derechos básicos para alcanzar el mayor potencial posible en la vida, entre ellos, la identidad de género, por sufrir discriminación, sortear mayores obstáculos y barreras para participar en sociedad.
El activismo juvenil florece gracias a su papel de víctimas, tan alimentado desde las políticas identitarias. La National Youth Rights Association de EEUU lucha contra la opresión de los jóvenes, y cómo esta forma de opresión, llamada "ageismo", es única en comparación con otras opresiones. Se quejan que el ageismo es esencial para mantener el status quo de la sociedad, que entre muchas otras formas de opresión, como el sexismo, el racismo, el clasismo entre otras, han sido identificadas, reconocidas y discutidas ampliamente, el ageismo ha sido en gran medida ignorado. En el caso de los diagnósticos médicos o psicológicos, por ejemplo, los adultos pueden auto diagnosticarse, mientras que los menores, protestan con vehemencia, dependen de los diagnósticos realizados por adultos. Como era de esperar, reivindican que se respete el derecho de los jóvenes a dar consentimiento o rechazar tratamientos médicos. El libro NO! Against Adult Supremacy, entre sus capítulos, aborda el “Ageism as an LGBT Issue” y “Normalizing Intersex Youth”.
No importa que los menores procesen e integren información y experiencias de manera diferente a los adultos, de manera que no puedan asimilar fácilmente los hechos porque no tienen las herramientas para hacerlo.4 Así tampoco importa que no puedan comprender las implicancias de sus decisiones a “transicionar”, ni que sean engañados a creer que ser intersex es una tercera opción.5 Una educación basada en afirmaciones pseudocientíficas, al rechazo al conocimiento en base a evidencias objetivas, la infantilización fomentando entre los jóvenes su vulnerabilidad y fragilidad, el leitmotiv de los espacios seguros, la búsqueda de microagresiones para alimentar su victimología,6 entre otros tantos fenómenos, crea un excelente clima a favor de adoctrinar a los jóvenes y contra de los padres y tutores que no se sumen al sinsentido.
El mundo educativo actúa al unísono, desde los niveles iniciales, instruyéndolos sobre la identidad de género. Estos son los llamados Comprehensive Sexuality Education en EE.UU., SOGI (Sexual Orientation and Gender Identity) en Canadá. En España comenzaron con la aprobación de leyes y protocolos educativos trans comenzando en 2007en las comunidades autónomas7 y en Argentina con la gradual inclusión de contenidos por las diversidades sexuales hasta llegar a falsear los principios originales de la Educación Sexual Integral (ESI).8
Tras más de 10 años de gobiernos argentinos con una agenda transgenerista inflexible, la captación de menores no solo se atiene al contenido impartido en las aulas. A continuación veremos cómo afirmando que los menores son protagonistas indiscutibles en su autodeterminación de género, se crean programas, disposiciones y medidas para facilitar incrementar su número. Básicamente, el nuevo relato consiste en considerar al niño como un mini-adulto.9

En el cambio en el Código Civil y Comercial se incorpora la categoría jurídica de "autonomía progresiva" otorgando a los menores de edad un rol protagónico en la decisión de cómo proteger y ejercer sus derechos, fijado en la edad de 13 años.10 Asimismo la Ley de Identidad de Género de 2012, contempla que ante la ante la falta de consentimiento por parte de padres, madres o tutores/as, interviene un/a juez/a. La ley adopta este criterio a fin de que se dirima judicialmente este conflicto entre los intereses del menor y los de sus representantes.11
Para garantizar el derecho propio a los menores, de modo libre y sin tutela de los progenitores, con asistencia legal y hasta con intérprete del idioma si fuera necesario, los adolescentes de 16 a 18 años serán considerados adultos para acceder al cambio de sus documentos (CABA).
Un gobierno provincial provee de asesoramiento jurídico gratuito, para que la falta de recursos económicos no sea un impedimento para que los niños puedan acceder al cambio registral (Santa Fe).
En otra provincia, se pone en marcha un protocolo para aceptar incondicionalmente el deseo de los menores, algo así como crear un segundo hogar, donde puedan elegir su propio nombre, entre otras muestras de su “transición”. Reconocen la resistencia en los establecimientos educativos a aceptar al transgenerismo, por desconocimiento, falta de información o mala información y así dan respuesta a las “niñeces trans” no escuchadas en cuanto a su identidad autopercibida —apoyados o no por sus familias (Catamarca).
El cambio registral será más efectivo haciéndolo en los mismos establecimientos educativos, como se dispuso en otras dos provincias: Jujuy y Salta. En esta última, se realiza tanto en establecimientos estatales como privados, en todos los niveles y modalidades educativas. Además se establecen 94 espacios de salud integral exclusiva para la población adolescente en establecimientos educativos de nivel secundario. (Salta).
En otra provincia, en referencia a la atención en salud integral para niños y adolescentes, se advierte que “si se cita a familiares solo será con el consentimiento del/la consultante” justificando claramente la prioridad del deseo del menor por sobre sus progenitores (PBA).
En otra provincia, se anuncia una Jornada de salud sexual integral en las infancias, con el objetivo de instruir al personal educativo y a estudiantes de profesorados afines, quienes estarán al cuidado del cuerpo y la salud de niños y niñas de 0 a 5 años. ¿Cómo se define el concepto de “salud sexual” para niños de 0 a 5 años? ¿Cuáles serían los indicadores del malestar de la identidad de género en un niño, que señalen la disparidad con los estereotipos femenino y masculino? ¿En qué lugar ha quedado la familia de esos potenciales menores en esta ecuación con sus propios valores y estilo de vida? Todo es un gran absurdo.
Préstese atención que las medidas institucionales citadas aquí ya no reflejan un fenómeno de los guetos progresistas de izquierda urbano ni de las clases acomodadas, sino llegan a casi todos los rincones del país, dentro del abanico de todos los partidos políticos en ejercicio durante estos años.
Asimismo, el gobierno nacional transgenerista (2019-2023) financió un encuentro con personas “de diversas identidades de género” hasta incluir a los menores de edad en su programa en 2022. El encuentro realizado en San Luis, se llama 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries (MLTTBINB).
La dinámica de trabajo consistió en talleres dirigidos a menores, en el que todos están en igualdad para tomar la palabra, no habrá adultos porque los niños son un “sujeto político”, con suficiente capacidad de decisión para tomar un rol político para construir una historia mejor. Los cuatro talleres para “Niñeces y adolescencias” se llamaron: “Niñeces libres (solo participan niñeces)”, “Adolescencias libres (solo participan adolescencias)”, “Niñeces y adolescencias trans y no binaries sin violencia ni discriminación”, y “Acompañamiento adulto hacia las niñeces y adolescencias”.
El armado ideológico también implica preparar a los docentes y a los menores sobre cómo deben abordar situaciones en las que los padres se oponen a la idea de que es posible cambiar de sexo. Se educa a los menores a confiar en otros que se ocuparan mejor de sus vidas, más que en sus padres.

¿Cómo hemos llegado a adoptar la peligrosa noción de que los educadores, autoridades educativas, burócratas, políticos y legisladores de turno, conocen mejor las necesidades de un niño, que sus propios padres?
En caso de disputa con los padres, que no acuerdan con el bombardeo permanente de ideas falsas en sus niños, se resuelve invitándolos a acercarse a organizaciones familiares con hijos “trans”.
¿Sería una exageración afirmar que el transgenerismo se ha convertido en un sistema autoritario, casi totalitario, de control sobre la educación y crianza de los niños restringiendo la influencia de los padres como lo fue bajo el comunismo en la Unión Soviética, el Tercer Reich en la Alemania Nazi y China bajo la Revolución Cultural como argumenta James Lindsay?
Esta campaña marketinera patrocinada por la ideología e industria de género está llegando muy lejos. Todo esto ha ocurrido ante nuestros ojos como parte de una agenda que socaba los estándares, definiciones y normas en materia de derechos humanos y los principios de un estado de derecho democrático basado en la racionalidad jurídica fundamentada.
En esencia, la patria potestad es un concepto legal que se refiere a los derechos y responsabilidades que los padres tienen sobre sus hijos menores de edad. Estos derechos y responsabilidades incluyen la custodia, el cuidado, la educación y la toma de decisiones importantes en la vida de los hijos. La patria potestad es una parte fundamental de las leyes familiares en muchas jurisdicciones y suele estar diseñada para proteger el bienestar de los niños. Los padres con patria potestad tienen el deber de proporcionar cuidado y apoyo adecuados a sus hijos, lo que puede incluir proporcionar alimentos, techo, ropa, educación y atención médica. También tienen el derecho de tomar decisiones importantes en la vida de sus hijos, como la elección de su educación, atención médica y otros asuntos relevantes.
https://yogyakartaprinciples.org/principle-2-sp/
Greg Lukinoff and Jonathan Haidt, The Coddling of the American Mind, How Good Intentions and Bad Ideas are Setting Up a Generation for Failure, 2018, Penguin Random House UK.
En el libro La coeducación secuestrada, la aprobación de leyes y protocolos educativos trans en España comienza en 2007, trasladándose con la amplicación de derechos a la infancia y a la adolescencia. Ahí se legaliza la ficción del cambio de sexo y establece requisitos y filtros medicolegales y de edad para el cambio registral. Se instala como un contenido obligatorio a nivel educativo, así como su extensión al ámbito sanitario. Ya más adelante, el profesorado es formado en “diversidad de género” y se los instruye para facilitar y acompañar los procesos de “transición”. Inclusive, deben detectar cualquier indicio de maltrato, si la familia se opone a los deseos de “transicionar” expresados por el menor.
Graciela Tejero Coni en su artículo titulado ESI: Contenido y didáctica en debate sostiene: “Lo que pareció un genuino interés por la coeducación por parte del Estado y su política educativa, en todas las jurisdicciones, trastocó en la introducción de las ideas transactivistas inspiradas en argumentos de diversidad sexual e identidades por los postmodernos estudios “queer” que supone una intención transgresora y antidiscriminatoria, que sostiene la existencia de una infancia y una adolescencia trans, basada en la idea acientífica de que se puede cambiar el sexo, la ficción de que se puede nacer en un cuerpo equivocado y que ser mujer o varón es una autopercepción”. Clave didáctica, Revista de investigación y experiencias didácticas del CEDE-LICH-UNSAM, Año IV - Nº1, Mayo 2023. p.22.
Miriam Grossman en Lost in Trans Nation, A Child Psychiatrist’s Guide Out of the Madness, (2023) lo expone de manera muy clara, en ocasión de su testimonio contra el proyecto de educación transgenerista en California en 2013: “Hay hechos que un niño no puede asimilar fácilmente porque simplemente carece de las herramientas para hacerlo. Este proyecto de ley exige la introducción de ideas en el aula sin considerar la capacidad de los estudiantes para absorberlas. Por ejemplo, el transgénero: la idea de que la naturaleza cometió un error y una persona está atrapada en el cuerpo equivocado. La idea de que una persona pueda pedirle a un médico que le extraiga una parte sana del cuerpo. Estos son conceptos difíciles para comprender para los adultos, ni hablar de los niños. Por favor, díganme, ¿cómo se les explica a los niños de primer grado, de una manera apropiada para su edad, la idea de que una persona acuda al médico y solicite que le extirpen partes críticas del cuerpo? No existe una forma apropiada para la edad de hacer eso… Este proyecto de ley ignora los principios del desarrollo infantil normal, que son que alrededor de los tres años un niño sabe que es un niño. Se identifica como un niño. Eso se llama identidad de género. A los cuatro años, el niño debe saber que crecerá y se convertirá en un hombre. Eso se llama estabilidad de género. A los seis, o a las siete como máximo, un niño, digamos un niño, debe saber que no puede convertirse en niña incluso si usa un vestido; eso se llama permanencia de género… Si este proyecto de ley se convierte en ley, estos principios desaparecerán. Los niños aprenderán que la permanencia de género no existe. Se les hará creer que una mujer puede convertirse en hombre y un hombre en mujer. Es nuestra responsabilidad proteger a los niños lo mejor que podamos de la exposición a hechos y experiencias que no están preparados para manejar... Ciertamente, podemos enseñar a los niños la importancia del respeto y la tolerancia de una manera que sea consistente con el desarrollo infantil y la verdad biológica. Pensé que mi propuesta era una obviedad, pero la legislatura de California aprobó el proyecto de ley”.
https://www.womensdeclaration.com/documents/182/OLCHANSKY_VIVIANA_Problemas_%C3%A9ticos_en_torno_a_la_autonom%C3%ADa_progresiva.pdf
El derecho a la identidad de género de niñas, niños y adolescentes por Iñaki Regueiro De Giacomi(2) https://www.corteidh.or.cr/tablas/r34470.pdf